Jorge Luis Borges nos revela cómo le nacen los cuentos y poemas

¡Buenos días, lectores! Escritores de la talla de Jorge Luis Borges han dejado no solo sus obras más reconocidas, sino también su manera de concebir, de parir literatura. Visto de este modo, cada comentario en una entrevista, simposio o conferencia, se vuelve una fuente rica en experiencia. Por eso, hoy te comparto un breve texto cuya fuente es el propio Borges, quien nos habla sobre cómo le nacen los textos ¡Leamos! 

Jorge Luis Borges nos revela cómo le nacen los cuentos y poemas
Imagen editada en Canva. 


BORGES EN LA LITERATURA UNIVERSAL

El maestro Jorge Luis Borges pensaba en la literatura como un medio para explorar las ideas y abordar los temas universales que van más allá de las fronteras nacionales. Su prolija producción literaria está cargada de erudición, pues contaba con un amplio conocimiento de la literatura mundial.  

Por eso, a lo largo de su vida se le reconoció como un erudito y sus obras a menudo presentan elementos como laberintos, espejos, bibliotecas y el infaltable concepto de lo infinito. Los cuentos que leemos de Borges, en su mayoría, suelen ser cortos pero nutridos de significado y profundidad. 

De este modo, querido lector, que cuando vi este texto quise compartirlo contigo porque nos permitirá comprender todavía más el universo borgiano. El maestro exploró muchos temas en su obra, como la identidad, la realidad, los espejos, la mitología y la filosofía. Muchos de ellos fueron inspirados en autores como Edgar Allan Poe, Franz Kafka y William Shakespeare, entre otros. 

Ahora sí, después de esta breve introducción, te dejo con este genial texto que recoge las palabras del maestro Jorge Luis Borges 

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CÓMO NACE UN TEXTO 

(Jorge Luis Borges) 


Empieza por una suerte de revelación. Pero uso esa palabra de un modo modesto, no ambicioso. Es decir, de pronto sé que va a ocurrir algo y eso que va a ocurrir puede ser, en el caso de un cuento, el principio y el fin. En el caso de un poema, no: es una idea más general, y a veces ha sido la primera línea. Es decir, algo me es dado, y luego ya intervengo yo, y quizá se echa todo a perder.

En el caso de un cuento, por ejemplo, bueno, yo conozco el principio, el punto de partida, conozco el fin, conozco la meta. Pero luego tengo que descubrir, mediante mis muy limitados medios, qué sucede entre el principio y el fin. Y luego hay otros problemas a resolver; por ejemplo, si conviene que el hecho sea contado en primera persona o en tercera persona. Luego, hay que buscar la época; ahora, en cuanto a mí “eso es una solución personal mía”, creo que para mí lo más cómodo viene a ser la última década del siglo XIX. Elijo “si se trata de un cuento porteño”, lugares de las orillas, digamos, de Palermo, digamos de Barracas, de Turdera. Y la fecha, digamos 1899, el año de mi nacimiento, por ejemplo. Porque ¿quién puede saber, exactamente, cómo hablaban aquellos orilleros muertos?: nadie. Es decir, que yo puedo proceder con comodidad. En cambio, si un escritor elige un tema contemporáneo, entonces ya el lector se convierte en un inspector y resuelve: “No, en tal barrio no se habla así, la gente de tal clase no usaría tal o cual expresión.”

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El escritor prevé todo esto y se siente trabado. En cambio, yo elijo una época un poco lejana, un lugar un poco lejano; y eso me da libertad, y ya puedo fantasear o falsificar, incluso. Puedo mentir sin que nadie se dé cuenta, y sobre todo, sin que yo mismo me dé cuenta, ya que es necesario que el escritor que escribe una fábula “por fantástica que sea” crea, por el momento, en la realidad de la fábula.

Espero que el artículo de hoy haya sido de tu agrado. Ya sabes que puedes unirte a mi canal de WhatsApp donde estamos leyendo "El túnel", de Ernesto Sábado, otro grande la literatura latinoamericana. Nos leemos en otro post. 
Mar de fondo

𝑆𝑜𝑦 𝐵𝑟𝑦𝑎𝑛 𝑉𝑖𝑙𝑙𝑎𝑐𝑟𝑒𝑧 (Lima, 1990) creador del Blog de Mar de fondo. Estudié Comunicaciones, Sociología y estoy escribiendo un libro. Soy un amante de los cuentos, cartas, diarios y novelas. Convencido de que "𝑈𝑛 𝑑𝑖́𝑎 𝑙𝑒𝑖́𝑑𝑜 𝑛𝑜 𝑒𝑠 𝑢𝑛 𝑑𝑖́𝑎 𝑝𝑒𝑟𝑑𝑖𝑑𝑜"

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