¡Hola, lector y lectora de Mar de fondo! estoy muy contento con el cariño y la acogida que tienen con este blog, por eso hoy quiero compartir con ustedes una historia genial y por qué no, cierta. Sabemos que la historia y el mundo de la literatura están llenos de misterios que se han ido resolviendo a lo largo de los años, pero algunos siguen más vigentes que nunca, como el que conocerás a continuación ¿Sabías que es muy probable que Shakespeare no haya escrito sus famosas obras? ¡veamos de qué se trata!
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Como nos enseñaron, William Shakespeare fue un reconocido dramaturgo, poeta y actor inglés (orgullo de la literatura inglesa) que vivió entre los siglos XVI y XVII. Se le considera uno de los escritores más importantes y influyentes de la literatura occidental.
Shakespeare escribió alrededor de 38 obras de teatro, que se dividen en tres categorías: tragedias, comedias y obras históricas.
Otra vez Posteguillo
Ya sabes que me gusta compartir contigo los mejores fragmentos de los libros que leo. Hace ya algún tiempo que compré La noche en que Frankenstein leyó el Quijote, libro pintoresco de Santiago de Posteguillo, a quien doy los créditos y recomiendo leer. El asunto es existe una teoría muy fuerte que sustenta que William Shakespeare no escribió las famosas obras que se le atribuyen, como: Romeo y Julieta, Macbeth, Otelo, Hamlet, Rey Lear, Julio César, Antonio y Cleopatra, entre otras igual de afamadas.
Entonces ¿Quién las escribió?
Como ya nos tiene acostumbrados, Posteguillo empieza su relato con una escena. Es así que nos lleva a mayo de 1533 a una vieja posada en Deptford, Inglaterra, lugar donde se encuentran brindando unos hombres al amparo una conversación casi tenue. En eso uno de ellos se levanta sumamente alterado; es Christopher Marlowe quien comienza a gritar a sus compañeros.
¡Malditos miserables, mentirosos! Uno de ellos, Ingram, lo coge del brazo pero el iracundo Marlowe no tenía control, ante tanto alboroto deben cogerlo entre dos; la dueña del lugar una viuda llamada Eleanore Bull invita a la calma. Pero era demasiado tarde, Marlowe había sacado una daga que intenta incrustar en su amigo Ingram.
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Producto de este forcejeo el experimentado Ingram logra despojar la deja de Marlowe y de pronto comienza a emanar sangre por todos lados, en ese momento entra un juez quien en nombre de la reina detiene la pela: pero era aún más tarde: Marlowe había muerto.
Es Christopher Marlowe
En medio de esa escena se encontraba el poeta Christopher Marlowe, muerto, entre un charco de sangre, todos inmediatamente son testigos del aparente crimen cometido por Ingram. Posteriormente el cadáver de Marlowe es llevado fuera de la ciudad junto a otro: el de un ahorcado. Una vez que salieron de Deptford el supuesto cadáver de Marlowe se levanta ¡no estaba muerto! la sangre era falsa y era de una vaca.
Quienes lo transportaban no se sorprenden, eran amigos suyos, juntos deciden hacer pasar el cadáver del ahorcado como si se tratarse de Marlowe.
No estaba muerto
Ante todos el poeta y también dramaturgo Christopher Marlowe había sido apuñalado aquel día; sin embargo se encuentra vivo en París y viajando por todo el mundo como agente secreto al servicio de la corona inglesa que habría orquestado su fallecimiento. Marlowe continua enviando informes a la corona inglesa de acuerdo a la misión encomendada, pero en las noches calurosas y aburridas recrea su pasión por las letras y comienza a escribir.
Posteguillo narra que así nacen: Romeo y Julieta, Macbeth, Otelo, Hamlet, Rey Lear, Julio César, Antonio y Cleopatra, El mercader de Venecia, entre otros. Esos escritos son enviados por Marlowe a su amigo Thomas Walsingham quien no tiene mejor idea que conseguir a una persona que pueda firmar y atribuirse las obras enviadas por Marlowe, esta persona es un joven actor llamado William Shakespeare.
Las serias investigaciones al respecto
Con el paso de las años comenzó a cobrar fuerza la teoría de que todo haya sido orquestado con antelación y que verdaderamente no fue Shakespeare sino Marlowe quien escribió las obras que conocemos En 1892 y 1923 los investigadores Zeigler y Webster respectivamente, iniciaron una acuciosa labor para hallar la verdad.
Había mucho por qué desconfiar, dado que las coincidencias eran evidentes: Ingram recibió el indulto de la reina solo cuatro días después del evento, además era demasiada casualidad que el juez entrara en el bar en aquel momento. En 1925 se descubre un documento oficial acerca de los sucesos de esa noche (pueden leer el libro también).
Desde entonces, otros investigadores como Calvin Hoffman en 1955 y A. D. Wrigth en 1994 continuaron defendiendo en la actualidad que Marlowe no murió en aquella pelea, sino que continuó viviendo y paseando por toda Europa, para eso se basan en registros fidedignos de una persona con esas características estuvo en lugares como: Padua, Rutland y Valladolid.
El misterio y el premio aún vigente
No podemos saber a ciencia cierta si verdaderamente Marlowe murió en 1533 pero Posteguillo menciona que evidentemente sabemos cuando murió Hoffman (1987) y que su pasión por resolver por fin este misterio lo ha llevado a continuar contribuyendo a esa causa aun después de muerto, pues dejó como testamento un premio de cientos de miles de libras para quien pudiese probar de manera irrefutable y con todas las pruebas del caso que fue Marlowe y no Shakespeare el autor de todas esas obras.
Hasta la fecha la fundación King's College custodia los deseos de Hoffmann y espera a que algún entusiasta investigador pruebe la teoría de su protegido. Así que el premio sigue vigente.
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¿Y tú qué piensas?
¿Crees que solo es una historia proveniente de otras historias o podría Hoffman tener la razón? Házmelo saber a través de un comentario y si te gustó la historia puedes compartirla y claro, también comprar el libro. Un dato más más antes de irme: el cadáver de Marlowe fue incinerado solo 24 horas después de su deceso ¿por qué tanta prisa? nos dice Santiago.
Fuente: La noche en que Frankenstein leyó el Quijote.