¡Qué tal, lector y lectora de Mar de fondo! Hoy es 8 de marzo "Día Internacional de la mujer" y podría hacer decenas de post dedicados a aquellas mujeres que con su talento e ingenio han revolucionado la literatura universal. Sin embargo, he optado por una carta de la escritora y pionera feminista de ascendencia peruana Flora Tristán, un personaje que todos deberíamos conocer por su importancia como activista en pro de los derechos de la mujeres. Está es su historia y una carta que no puedes dejar de leer.
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| Image: https://pin.it/4heLSTj |
¿Quién fue Flora Tristán?
Flora Tristán fue una escritora, periodista y activista social francesa del siglo XIX, nacida en 1803 con ascendencia peruana por parte paterna. Es conocida por su compromiso con la justicia social y la igualdad de género. También fue una de las primeras feministas en exigir la abolición del matrimonio y la igualdad de derechos para las mujeres en el ámbito legal y político.
Sus ideas y escritos influyeron en muchos pensadores y activistas de la época, incluyendo a Karl Marx y Friedrich Engels.
La figura de Tristán se ha vuelto importante en la lucha por la justicia social y la igualdad de género en el siglo XIX, cuyas ideas y escritos tuvieron un impacto duradero en la historia del feminismo y el movimiento obrero.
¿Qué escribió Flora Tristán?
Tristán ha escritos varios libros de los que destaca "Peregrinaciones de una paria" donde abogaba por la emancipación de las mujeres y la igualdad de derechos de los trabajadores.
En la obra, Flora Tristán narra su propia historia como mujer de clase trabajadora y mestiza en una sociedad dominada por los hombres y las élites blancas. Describe las dificultades que enfrentó como mujer y trabajadora, así como los obstáculos que encontró en su lucha por la igualdad y la justicia social.
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En su recorrido por diferentes países, la autora se enfrenta a la pobreza, la explotación y la discriminación de las clases más desfavorecidas. En su búsqueda por unir a los trabajadores y mejorar sus condiciones, la autora se involucra en la fundación de una asociación obrera y en la escritura de un manifiesto en favor de los derechos de los trabajadores.
¿Por qué se dice que Tristán inspiró a Marx?
Marx y Engels leyeron las obras de Tristán con mucha atención, encontrando en sus escritos las ideas y teorías que años más tarde se convirtieron en los fundamentos del socialismo científico y el comunismo.
En particular, las ideas de Tristán sobre la lucha de clases, la necesidad de una sociedad más justa y el papel de la mujer en la revolución, guardan bastante relación con las teorías de Marx y Engels. Tristán creía en la importancia de la unidad entre los trabajadores y en la necesidad de una lucha internacional contra la opresión capitalista, temas que Marx y Engels desarrollaron ampliamente en sus escritos. Sobre todo en el ya conocido "Manifiesto del Partido Comunista".
La carta que leerás a continuación pertenece a la introducción del libro "Peregrinaciones de una paria" en una edición del Fondo Editorial UNMSM ¡Leamos con atención!
LA CARTA DE FLORA TRISTÁN A TODOS LOS PERUANOS
Peruanos:
He creído que de mi relato podría resultar algún beneficio para vosotros. Por eso os lo dedico. Sin duda os sorprenderá que una persona que emplea tan escasos epítetos laudatorios al hablar de vosotros haya pensado en ofreceros su obra. Hay pueblos que se asemejan a ciertos individuos: mientras menos avanzados están, más susceptible es su amor propio. Aquellos de vosotros que lean mi relación sentirán primero animosidad contra mí y sólo después de un esfuerzo de filosofía algunos me harán justicia. La falsa censura es cosa vana. Fundada, irrita y, por consiguiente, es una de las más grandes pruebas de amistad. He recibido entre vosotros una acogida tan benévola que sería necesario que yo fuese un monstruo de ingratitud para alimentar contra el Perú sentimientos hostiles. Nadie hay quien desee más sinceramente que yo vuestra prosperidad actual y vuestros progresos en el porvenir. Ese voto de mi corazón domina mi pensamiento, y al ver que andáis errados y que no pensáis, ante todo, en armonizar vuestras costumbres con la organización política que habéis adoptado, he tenido el valor de decirlo, con riesgo de ofender vuestro orgullo nacional.
He dicho, después de haberlo comprobado, que en el Perú la clase alta está profundamente corrompida y que su egoísmo la lleva, para satisfacer su afán de lucro, su amor al poder y sus otras pasiones, a las tentativas más antisociales. He dicho también que el embrutecimiento del pueblo es extremo en todas las razas que lo componen. Esas dos situaciones se han enfrentado siempre una a otra en todos los países. El embrutecimiento de un pueblo hace nacer la inmoralidad en las clases altas y esta inmoralidad se propaga y llega, con toda la potencia adquirida durante su carrera, a los últimos peldaños de la jerarquía social. Cuando la totalidad de los individuos sepa leer y escribir, cuando los periódicos pene tren hasta la choza del indio, entonces, encontrando en el pueblo jueces, cuya censura habréis de temer y cuyos sufragios debéis bus-car, adquiriréis las virtudes que os faltan. Entonces el clero, para conservar su influencia sobre ese pueblo, reconocerá que los me dios que emplea en la actualidad no pueden ya servirle. Las pro-cesiones burlescas y todos los oropeles del paganismo serán re-emplazados por prédicas instructivas, porque después de que la imprenta haya desperado la razón de las masas, será a esta nue va facultad a que habrá que dirigirse, si se quiere ser escuchado.
Instruid, pues, al pueblo; es por allí por donde debéis empezar para entrar a la vía de la prosperidad. Estableced escuelas hasta en las aldeas más humildes: esto es lo urgente en la actualidad.
Emplead en ella vuestros recursos. Consagrad a esto los bienes de los conventos, pues no podríais darles destino más religioso. To-mad medidas para facilitar el aprendizaje. El hombre que tiene un oficio no es un proletario. A menos que le hieran calamidades públicas, no tiene ya independencia de carácter tan necesaria de que se desarrolle en un pueblo libre. El porvenir es de América. Los prejuicios no pueden adherirse en ella como en nuestra vieja Eu-ropa. Las poblaciones no son lo bastante homogéneas corto para que este obstáculo retarde el progreso. Hasta que el trabajo cese de ser considerado como patrimonio del esclavo y de las clases ínfi-mas de la población, todos harán mérito de él algún día y la ociosidad, lejos de ser un título a la consideración, no será ya mirada sino como un delito de la escoria de la sociedad.
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En toda América, el Perú era el país de civilización más avanzada a raíz de su descubrimiento por los españoles. Esta circunstancia hace presumir favorablemente acerca de las disposiciones ingénitas de sus habitantes y de los recursos que ofrece. ¡Que un gobierno progresista llame en su ayuda a las artes de Asia y de Europa y pueda hacer que los peruanos ocupen aquel rango entre las naciones del Nuevo Mundo! Éste es el deseo muy sincero que me anima.
Vuestra compatriota y amiga.
Flora Tristán
París, agosto de 1836.
Espero hayas disfrutado de la lectura de está carta, si te gustó el artículo déjame un comentario. Pronto estaré subiendo el libro de Flora Tristán ¡Hasta la próxima entrada!
Muy interesante la visión que tenía está señora acerca del conocimiento y de la realidad social de las mujeres
ResponderEliminarClaro que sí, una pionera en ese sentido
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