¡Buen día, lectores y lectoras de Mar de fondo! Revisando algunos textos de historia, me topé con el golpe de Estado al presidente peruano Billinghurst y aunque fue un hecho histórico y político, era inevitable no relacionarlo con Abraham Valdelomar, ya que este fue su secretario personal y representante en Roma. Motivo por el cual descubrí una publicación de la Biblioteca Nacional que recoge una carta del poeta pisqueño a su madre dos días después de dicho golpe (6 de febrero de 1914).
Imagen: Billete de 50 soles peruanos.
La relación Billinghurst - Valdelomar
En 1912 cuando apenas contaba 24 años se involucró activamente en la campaña presidencial de Guillermo Billinghurst llegando a ser su secretario personal y gran propagandista; cuando éste último alcanzó la victoria en las elecciones, nombró al joven escritor peruano director del diario oficial El Peruano.
La estadía en Roma
El 12 de mayo de 1913 a través de la Resolución Suprema N.º 484, Abraham Valdelomar fue nombrado Secretario de Segunda Clase de la Legación Peruana en Italia. Partió el 30 de junio de 1913 en el vapor Ucayalí, con destino a Panamá, para seguir a Nueva York y desembarcar en Roma. En la ciudad eterna concibió su obra más importante, El caballero Carmelo, cuento con el que ganó el primero premio del concurso literario del diario La Nación.
El golpe de Estado a a Billinghurst
La madrugada del 4 de febrero de 1914 se produciría el golpe de Estado más exitoso del Siglo XX en el Perú. Aquella noche se pronunció la guarnición de Lima dirigida por el coronel Oscar Benavides. Los soldados tomaron el Palacio de Gobierno reduciendo a la guardia presidencial tras un enfrentamiento donde corrió sangre.
El presidente Billinghurst fue tomado prisionero y obligado a dimitir; después, fue deportado a Iquique. Lo más lamentable de este acontecimiento fue el asesinato del ministro de guerra, el general Enrique Verala, quien recibió varios balazos mientras dormía en el cuartel de Santa Catalina. Unos meses después Óscar Benavides fue nombrado Presidente Provisorio por el Congreso.
La desesperada carta de Valdelomar a su madre
Es ente contexto que Valdelomar, quien se encontraba en Roma, dirige esta misiva a su madre Carolina Pinto, manifestado su preocupación tas el derrocamiento de su amigo. Asimismo, manifiesta su incertidumbre pues las condiciones no estaban dadas para que un personaje de su talla y tan allegado al gobierno saliente, se paseara por las calles de Lima. Leamos con atención...
Queridísima mamá:
Ya te imaginarás el estado de ánimo en que me encuentro. Hace días que no duermo y mis nervios sólo me obedecen a ratos. La caída de mi queridísimo Presidente, la ruina de Uds. y la mía con la precipitación que se ha realizado y con la ignominiosa traición de Benavides me vuelven casi loco. Yo esperaba de un momento a otro un movimiento, sé lo que son las pasiones en el Perú, pero el golpe ha superado mis presentimientos.
Hoy me encuentro lejos de la Patria y sin saber de Uds. imaginándome siempre lo peor y sin saber la suerte ni de mi papá, ni de Uds. por quienes he luchado y vivido hasta hoy. Dios es grande y él ha de velar por la vida de todos Uds., porque si así no fuera yo no podría resistir el azote del destino. Lo más terrible es que los periódicos dicen que Billinghurst está en la Penitenciaría. Creo con toda mi alma que mi papá se habrá dejado matar antes de quedarse un día en el puesto y que por ninguna fuerza del mundo habrá cometido la ignominia de permanecer allí para ser carcelero del hombre más honrado que ha tenido el país, si así hubiera sido, que no lo creo, ni lo creeré jamás, no me volverían a ver.
Sólo me desvela y me consume la situación de Uds., los vejámenes a los que los habrán sometido y la miseria que nos amenaza. Por mí no se preocupen por nada. Soy joven y no me faltan fuerzas para vivir y luchar. Y de donde esté les mandaré lo que pueda. Esta la mando por intermedio de otra persona que aún no sé quién sea, pero temo que si va a tu dirección no la entreguen. Hice un telegrama a Lorente preguntando por Uds. y no tengo respuesta todavía. ¿También me habrán abandonado?.
Tú, no te imaginas cómo estoy. Aún no sé si me iré a !quitos o a Buenos Aires, porque en Roma no me puedo quedar. Como comprenderás lo primero que hice fue renunciar irrevocablemente mi puesto pues no cometeré la ignominia de servir al lado del que ha traicionado a mi amigo.
Hoy recibió Zavala un cablegrama de Manzanilla en respuesta a su renuncia irrevocable en términos que desgraciadamente me es prohibido decirte.
Te escribiré todo lo que sepa y suceda y no me moveré de Roma sin avisarte ya sea por cable o por carta, pero no mi iré antes de un par de meses, no volveré al Perú. Los recursos que tengo me alcanzan para mes y medio.
Te besa como siempre tu desgraciado hijo
Abraham
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