Leamos "El terrible anciano", cuento de H.P. Lovecraft

¡Buenos d铆as, queridos lectores! Hoy comparto contigo un relato bastante breve del maestro de terror H.P. Lovecraft, quien nos habla de un misterioso personaje a quien deben visitar. Disfruta tu lectura y ya sabes que puedes seguir el TikTok de Mar de fondo aqu铆 ¡Nos leemos! 


"El terrible anciano", cuento de H.P. Lovecraft
Imagen tomada de Pinterest: Tivadar Kosztka Csontvary
Hungr铆a, 1902


EL ANCIANO


Fue la idea de 脕ngelo Ricci, Joe Czanek y Manuel Silva hacer una visita al Terrible Anciano. El anciano vive a solas en una casa muy antigua de la Calle Walter, pr贸xima al mar, y se le conoce por ser un hombre extraordinariamente rico a la vez que por tener una salud extremadamente delicada… lo cual constituye un atractivo se帽uelo para hombres de la profesi贸n de los se帽ores Ricci, Czanek y Silva, pues su profesi贸n era nada menos digno que el latrocinio de lo ajeno.

Los vecinos de Kingsport dicen y piensan muchas cosas acerca del Terrible Anciano, cosas que, generalmente, lo protegen de las atenciones de caballeros como el se帽or Ricci y sus colegas, a pesar de la casi absoluta certidumbre de que oculta una fortuna de incierta magnitud en alg煤n rinc贸n de su enmohecida y venerable mansi贸n. En verdad, es una persona muy extra帽a, que al parecer fue capit谩n de veleros de las Indias Orientales en su d铆a. Es tan viejo que nadie recuerda cu谩ndo fue joven, y tan taciturno que pocos saben su verdadero nombre. Entre los nudosos 谩rboles del jard铆n delantero de su vieja y nada descuidada residencia conserva una extra帽a colecci贸n de grandes piedras, singularmente agrupadas y pintadas de forma que semejan los 铆dolos de alg煤n l贸brego templo oriental. Semejante colecci贸n ahuyenta a la mayor铆a de los chiquillos que gustan burlarse de su barba y cabello, largos y canosos, o romper las ventanas de peque帽o marco de su vivienda con diab贸licos proyectiles. Pero hay otras cosas que atemorizan a las gentes mayores y de talante curioso que en ocasiones se acercan a hurtadillas hasta la casa para escudri帽ar el interior a trav茅s de las vidrieras cubiertas de polvo. Estas gentes dicen que sobre la mesa de una desnuda habitaci贸n del piso bajo hay muchas botellas raras, cada una de las cuales tiene en su interior un trocito de plomo suspendido de una cuerda, como si fuese un p茅ndulo. Y dicen que el Terrible Anciano habla a las botellas, llam谩ndolas por nombres tales como Jack, Cara Cortada, Tom el Largo, Joe el Espa帽ol, Peters y Mate Ellis, y que siempre que habla a una botella el pendulito de plomo que lleva dentro emite unas vibraciones precisas a modo de respuesta. A quienes han visto al alto y enjuto Terrible Anciano en una de esas singulares conversaciones, no se les ocurre volver a verlo m谩s. Pero 脕ngelo Ricci, Joe Czanek y Manuel Silva no eran naturales de Kingsport. Pertenec铆an a esa nueva y heterog茅nea estirpe extranjera que queda al margen del atractivo c铆rculo de la vida y tradiciones de Nueva Inglaterra, y no vieron en el Terrible Anciano otra cosa que un viejo achacoso y pr谩cticamente indefenso, que no pod铆a andar sin la ayuda de su nudoso cayado, y cuyas escu谩lidas y endebles manos temblaban de modo harto lastimoso. A su manera, se compadec铆an mucho del solitario e impopular anciano, a quien todos rehu铆an y a quien no hab铆a perro que no ladrase con especial virulencia. Pero los negocios, y, para un ladr贸n entregado de lleno a su profesi贸n, siempre es tentador y provocativo un anciano de salud enfermiza que no tiene cuenta abierta en el banco, y que para subvenir a sus escasas necesidades paga en la tienda del pueblo con oro y plata espa帽oles acu帽ados dos siglos atr谩s.

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Los se帽ores Ricci, Czanek y Silva eligieron la noche del once de abril para efectuar su visita. El se帽or Ricci y el se帽or Silva se encargar铆an de hablar con el pobre y anciano caballero, mientras el se帽or Czanek se quedaba esper谩ndolos a los dos y a su presumible cargamento met谩lico en un coche cubierto, en la Calle Ship, junto a la verja del alto muro posterior de la finca de su anfitri贸n. El deseo de eludir explicaciones innecesarias en caso de una aparici贸n inesperada de la polic铆a aceler贸 los planes para una huida sin apuros y sin alharacas.

Tal como lo hab铆an proyectado, los tres aventureros se pusieron manos a la obra por separado con objeto de evitar cualquier malintencionada sospecha a posteriori. Los se帽ores Ricci y Silva se encontraron en la Calle Walter junto a la puerta de entrada de la casa del anciano, y aunque no les gust贸 c贸mo se reflejaba la luna en las piedras pintadas que se ve铆an por entre las ramas en flor de los retorcidos 谩rboles, ten铆an cosas en qu茅 pensar m谩s importantes que dejar volar su imaginaci贸n con manidas supersticiones. Tem铆an que fuese una tarea desagradable hacerle soltar la lengua al Terrible Anciano para averiguar el paradero de su oro y plata, pues los viejos lobos marinos son particularmente testarudos y perversos. En cualquier caso, se trataba de alguien muy anciano y endeble, y ellos eran dos personas que iban a visitarlo. Los se帽ores Ricci y Silva eran expertos en el arte de volver volubles a los tercos, y los gritos de un d茅bil y m谩s que venerable anciano no son dif铆ciles de sofocar. As铆 que se acercaron hasta la 煤nica ventana alumbrada y escucharon c贸mo el Terrible Anciano hablaba en tono infantil a sus botellas con p茅ndulos. Se pusieron sendas m谩scaras y llamaron con delicadeza en la descolorida puerta de roble.


La espera le pareci贸 muy larga al se帽or Czanek, que se agitaba inquieto en el coche aparcado junto a la verja posterior de la casa del Terrible Anciano, en la Calle Ship. Era una persona m谩s impresionable de lo normal, y no le gustaron nada los espantosos gritos que hab铆a o铆do en la mansi贸n momentos antes de la hora fijada para iniciar la operaci贸n. ¿No les hab铆a dicho a sus compa帽eros que trataran con el mayor cuidado al pobre y viejo lobo de mar? Presa de los nervios observaba la estrecha puerta de roble en el alto muro de piedra cubierto de hiedra. No cesaba de consultar el reloj, y se preguntaba por los motivos del retraso. ¿Habr铆a muerto el anciano antes de revelar d贸nde se ocultaba el tesoro, y habr铆a sido necesario proceder a un registro completo? Al se帽or Czanek no le gustaba esperar tanto a oscuras en semejante lugar. Al poco, lleg贸 hasta 茅l el ruido de unas ligeras pisadas o golpes en el paseo que hab铆a dentro de la finca, oy贸 c贸mo alguien manoseaba desma帽adamente, aunque con suavidad, en el herrumbroso pastillo, y vio c贸mo se abr铆a la pesada puerta. Y al p谩lido resplandor del 煤nico y mortecino farol que alumbraba la calle aguz贸 la vista en un intento por comprobar qu茅 hab铆an sacado sus compa帽eros de aquella siniestra mansi贸n que se vislumbraba tan cerca. Pero no vio lo que esperaba. All铆 no estaban ni por asomo sus compa帽eros, sino el Terrible Anciano que se apoyaba con aire tranquilo en su nudoso cayado y sonre铆a malignamente. El se帽or Czanek no se hab铆a fijado hasta entonces en el color de los ojos de aquel hombre; ahora pod铆a ver que era amarillos.

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Las peque帽as cosas producen grandes conmociones en las ciudades provincianas. Tal es el motivo de que los vecinos de Kingsport hablasen a lo largo de toda aquella primavera y el verano siguiente de los tres cuerpos sin identificar, horriblemente mutilados -como si hubieran recibido m煤ltiples cuchilladas- y horriblemente triturados -como si hubieran sido objeto de las pisadas de muchas botas despiadadas- que la marea arroj贸 a tierra. Y algunos hasta hablaron de cosas tan triviales como el coche abandonado que se encontr贸 en la Calle Ship, o de ciertos gritos harto inhumanos, probablemente de un animal extraviado o de un p谩jaro inmigrante, escuchados durante la noche por los vecinos que no pod铆an conciliar el sue帽o. Pero el Terrible Anciano no prestaba la menor atenci贸n a los chismes que corr铆an por el pac铆fico pueblo. Era reservado por naturaleza, y cuando se es anciano y se tiene una salud delicada la reserva es doblemente marcada. Adem谩s, un lobo marino tan anciano debe haber presenciado multitud de cosas mucho m谩s emocionantes en los lejanos d铆as de su ya casi olvidada juventud.

FIN

Mar de fondo

饾惖饾憻饾懄饾憥饾憶 饾憠饾憱饾憴饾憴饾憥饾憪饾憻饾憭饾懅 (Lima, 1990) Director del Blog de Mar de fondo. Estudi茅 Comunicaciones, Sociolog铆a y soy autor del libro "Las vidas que tom茅 prestadas". Amante de los cuentos, cartas, diarios y novelas. Convencido de que "饾憟饾憶 饾憫饾憱́饾憥 饾憴饾憭饾憱́饾憫饾憸 饾憶饾憸 饾憭饾憼 饾憿饾憶 饾憫饾憱́饾憥 饾憹饾憭饾憻饾憫饾憱饾憫饾憸."

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