¡¿Cómo están, lectores?! Creo que muchos coincidimos en que el camino al éxito está lleno de pruebas y momentos difíciles a los que hay que sobreponerse y en el caso de los escritores más laureados con más razón. Por eso, hoy te cuento lo difícil que la pasó Gabriel García Márquez en sus inicios, rozando la indigencia en París y también un fragmento con sus propias palabras ¡Leamos!
Los inicios de Gabriel García Márquez
Muchos seguidores de la vida y obra de 'Gabo' coinciden en que una de las épocas más duras en la vida del futuro Nobel de Literatura, fueron los años que vivió (o supervivió) en París entre 1956 y 1957. Son muchas las anécdotas que se cuenta de la precariedad que tuvo que experimentar luego que llegó de su país natal.
A París llegó después de haber cubierto algunas noticias europeas para el diario El espectador de Colombia y de haber intentando estudiar cine en Roma. Fue gracias al oficio de corresponsal que pudo costearse las primeras semanas una vida decente en aquella ciudad que se recuperaba de los estragos de la Segunda Guerra, siempre atraído por la leyenda de su clima literario.
El cierre de El Espectador
Hasta entonces todo parecía pintar un futuro tranquilo, pero en 1956 se producto el cierre del Diario El Espectador, cuando el gobierno colombiano de Gustavo Rojas Pinilla clausuró el medio de comunicación debido a razones políticas. Este hecho dejó a García Márquez sin su principal fuente de ingresos, lo que devino en la crisis que veremos a continuación.
Después del cierre de El Espectador, la vida en París de García Márquez fue de la carencia y el desconcierto, pues quedó convertido en un inmigrante desempleado más. A pesar de esto, García Márquez decidió quedarse en París a continuar escribiendo, como habían hecho los grandes antes de él.
Se acababan los ahorros
García Márquez procuró extender sus ahorros lo más que pudo y el reembolso del pasaje de vuelta. La anécdota nos dice que recogió botellas y periódicos en la madrugada para venderlos al reciclaje. También se ganaba algunos francos cantando, que le venía bien porque se crío entorno a una familia de músicos; esto lo hizo en el café L'Escale.
Estas labores nocturnas le permitió conocer a otros latinoamericanos como él, quienes también vivieron una historia dura en París, uno de ellos fue su entrañable amigo (hasta el evento del puñetazo), Mario Vargas Llosa, el peruano que más tarde alcanzaría renombre con la novela "La ciudad y los perros", y a quien hace una referencia en el fragmento de lujo que te comparto hoy.
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La pobreza de Gabriel García Márquez
Pero resumiendo la pobreza que experimentó Gabo, quien más tarde en 1982 ganaría el Premio Nobel de Literatura, podríamos listarlas así.
Durante la juventud, García Márquez, quien nació en Aracataca, Colombia, se crió en el seno de una familia de bajos recursos y su niñez estuvo marcada por la pobreza, especialmente luego de que su abuelo muriera, ya que que hasta entonces era el principal sustento de la familia.
Años más tarde cuando decidió sumergirse en el mundo de la escritura, los libros y el periodismo, García Márquez enfrentó más dificultades económicas. Si bien trabajaba en diversos periódicos, los salarios era muy b ajos y no siempre llegaba el dinero a tiempo, a menudo se veía obligado a pedir prestado a familiares y amigos.
Cien años de soledad
Cuando García Márquez decidió dedicarse de lleno a la escritura de "Cien años de soledad", su situación económica era crítica. Fueron dieciocho los meses que le tomó escribir aquella obra inmortal y para culminarla tuvo que vender su coche y empeñar algunos objetos de valor para comer el pan del día a día. En esa época, García Márquez incluso tuvo que enviar el manuscrito de su novela en dos partes porque no tenía dinero suficiente para pagar el envío completo.
Pero el éxito no llegaría de la noche a la mañana, pues recordemos que Gabo ya había publicado varios libros sin levantar mucho polvo. Por eso, no fue sino hasta 1967 cuando al publicarse "Cien años de soledad", se catapultó a la fama. La novela fue un éxito rotundo y transformó la vida de García Márquez, tanto en términos de reconocimiento literario como de estabilidad financiera.
Gabriel García Márquez junto a su esposa Mercedes Barcha Pardo. |
Pero hasta llegar a ese momento y sobre todo en París, las dificultades materiales eran cada día peores y, desde entonces hasta su regreso a América Latina, llevó una vida difícil, aventurera y pintoresca como muchos sudamericanos varados en París. En un reportaje que le hicieron en Francia, en 1968, García Márquez evocó así sus años de miseria parisina:
«Las dificultades materiales eran cada día peores. No podía trabajar porque necesitaba una carta de trabajo, no conocía a nadie que me pudiera dar trabajo, no hablaba francés. A veces conseguía botellas vacías y las cambiaba, y con esto defendía mi vida. Estuve tres años viviendo de milagros cotidianos. Esto me produjo unas amarguras tremendas. Yo estaba en un grupo de latinoamericanos en la misma situación. Habíamos descubierto que si uno compraba un bistec el carnicero regalaba un hueso y se hacía un caldo. A veces uno pedía prestado el hueso para hacer su caldo y lo devolvía.
En aquella época yo vivía en un hotel que se llamaba Hotel de Flandre. Los administradores se llamaban M. y Mme. Lacroix. Cuando me quedé sin un centavo, les hablé y les dije que no podía pagarles y me dejaron quedarme en la buhardilla. Pensaba que esa situación iba a durar uno o dos meses, pero me quedé un año y no tuve nunca con qué pagarles.
La semana pasada pasó por aquí Mario Vargas Llosa que se hospedó en el Hotel Wetter y cuando entré en ese hotel me encontré con que los administradores eran los mismos señores Lacroix. Y lo formidable es que Mario se encontró en una situación idéntica en 1960 y le dijeron lo mismo, que subiera a la buhardilla, y él también se quedó mucho tiempo sin poder pagar. Gracias a eso yo escribí "El coronel no tiene quien le escriba" y Mario escribió "La ciudad y los perros".
París no ha cambiado, soy yo quien ha cambiado».
La conclusión a la que llegamos, lectores, es que a diferencia del común de la gente, París no fue un viaje turístico ni una fiesta para García Márquez, pero sí se convirtió en una suerte de retiro literario. Fue providencial que estuviera en esa buhardilla del Hotel de Flandre en el Barrio Latino.
TE RECOMIENDO, LECTOR: "El ahogado más hermoso del mundo", cuento de Gabriel García Márquez
Por eso, estas dificultades económicas no solo moldearon su vida y obra, sino que también influyeron en los temas y personajes que conocemos, muchos de los cuales reflejan la lucha y la resistencia ante la adversidad.
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Fuente: razonpublica.com.
Cruda reseña de la vida de García Márquez en Paris pero usted mismo enfatiza , fueron esas carencias las bases de su principal novela “ Cien años de soledad “ Hay que recalcar también que sin la ayuda y el amor incondicional de su esposa Mercedes tampoco hubiese podido completar su obra !
ResponderEliminarTe doy toda la razón, mérito enorme de la esposa!
EliminarSu obra esta llena de una mágica seducción.
ResponderEliminarasí es y so fruto de su experiencia en vida
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