¡Hola, lectores! Escogรญ este genial relato que si bien no es un cuento en todo el sentido de la palabra, es una joya que aparece en El Proceso (1925) libro escritor por Franz Kafka y que contiene un alto valor de reflexiรณn ¡Leamos!
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Imagen tomada de CvPro para Mar de fondo. |
El Proceso
Cuando leรญ esta historia quedรฉ impactado. Es tan buena que puedes entenderla aรบn sin el contexto de la novela. Pero por si acaso no lo recuerdas, se trata de Josef K, un empleado del banco que al despertar una maรฑana es arrestado de manera repentina por un "delito" que nunca se da a conocer.
Durante toda la novela, Josef trata de entender la naturaleza de su acusaciรณn (siempre incierta) enfrentรกndose a un sistema judicial burocrรกtico, oscuro y absurdo. En uno de esos intentos recibe el siguiente relato:
ANTE LA LEY
Ante la ley hay un guardiรกn. Un campesino se presenta frente a este guardiรกn, y solicita que le permita entrar en la Ley. Pero el guardiรกn contesta que por ahora no puede dejarlo entrar. El hombre reflexiona y pregunta si mรกs tarde lo dejarรกn entrar.
-Tal vez -dice el centinela- pero no por ahora.
La puerta que da a la Ley estรก abierta, como de costumbre; cuando el guardiรกn se hace a un lado, el hombre se inclina para espiar. El guardiรกn lo ve, se sonrรญe y le dice:
-Si tu deseo es tan grande haz la prueba de entrar a pesar de mi prohibiciรณn. Pero recuerda que soy poderoso. Y sรณlo soy el รบltimo de los guardianes. Entre salรณn y salรณn tambiรฉn hay guardianes, cada uno mรกs poderoso que el otro. Ya el tercer guardiรกn es tan terrible que no puedo mirarlo siquiera.
El campesino no habรญa previsto estas dificultades; la Ley deberรญa ser siempre accesible para todos, piensa, pero al fijarse en el guardiรกn, con su abrigo de pieles, su nariz grande y aguileรฑa, su barba negra de tรกrtaro, rala y negra, decide que le conviene mรกs esperar. El guardiรกn le da un escabel y le permite sentarse a un costado de la puerta.
Allรญ espera dรญas y aรฑos. Intenta infinitas veces entrar y fatiga al guardiรกn con sus sรบplicas. Con frecuencia el guardiรกn conversa brevemente con รฉl, le hace preguntas sobre su paรญs y sobre muchas otras cosas; pero son preguntas indiferentes, como las de los grandes seรฑores, y, finalmente siempre le repite que no puede dejarlo entrar. El hombre, que se ha provisto de muchas cosas para el viaje, sacrifica todo, por valioso que sea, para sobornar al guardiรกn. Este acepta todo, en efecto, pero le dice:
-Lo acepto para que no creas que has omitido ningรบn esfuerzo.
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Durante esos largos aรฑos, el hombre observa casi continuamente al guardiรกn: se olvida de los otros y le parece que รฉste es el รบnico obstรกculo que lo separa de la Ley. Maldice su mala suerte, durante los primeros aรฑos audazmente y en voz alta; mรกs tarde, a medida que envejece, sรณlo murmura para sรญ. Retorna a la infancia, y como en su cuidadosa y larga contemplaciรณn del guardiรกn ha llegado a conocer hasta las pulgas de su cuello de piel, tambiรฉn suplica a las pulgas que lo ayuden y convenzan al guardiรกn. Finalmente, su vista se debilita, y ya no sabe si realmente hay menos luz, o si sรณlo lo engaรฑan sus ojos. Pero en medio de la oscuridad distingue un resplandor, que surge inextinguible de la puerta de la Ley. Ya le queda poco tiempo de vida. Antes de morir, todas las experiencias de esos largos aรฑos se confunden en su mente en una sola pregunta, que hasta ahora no ha formulado. Hace seรฑas al guardiรกn para que se acerque, ya que el rigor de la muerte comienza a endurecer su cuerpo. El guardiรกn se ve obligado a agacharse mucho para hablar con รฉl, porque la disparidad de estaturas entre ambos ha aumentado bastante con el tiempo, para desmedro del campesino.
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-¿Quรฉ quieres saber ahora? -pregunta el guardiรกn-. Eres insaciable.
-Todos se esfuerzan por llegar a la Ley -dice el hombre-; ¿cรณmo es posible entonces que durante tantos aรฑos nadie mรกs que yo pretendiera entrar?
El guardiรกn comprende que el hombre estรก por morir, y para que sus desfallecientes sentidos perciban sus palabras, le dice junto al oรญdo con voz atronadora:
-Nadie podรญa pretenderlo porque esta entrada era solamente para ti. Ahora voy a cerrarla.
FIN
Aquรญ te ofrezco cuatro interpretaciones de este relato:
La inalcanzabilidad de la justicia: En este texto la Ley puede representar la justicia o la verdad, que parece estar al alcance del ser humano pero siempre fuera de su acceso real. El campesino, a pesar de su perseverancia, nunca puede entender por quรฉ no puede entrar, lo que refleja una relaciรณn frustrante entre la persona y las estructuras de poder o autoridad.
La burocracia y el control: El portero simboliza los obstรกculos burocrรกticos que, en apariencia, son arbitrarios y controlan el acceso a algo mayor, como la justicia o la autoridad, manteniendo al individuo en una posiciรณn de sumisiรณn.
La pasividad del individuo: Aquรญ el campesino, aunque desee entrar, nunca desafรญa realmente al portero. Esto puede verse como una crรญtica a la pasividad humana frente a las estructuras de poder, donde el miedo o el respeto a la autoridad impiden tomar acciรณn.
El absurdo existencial: Por รบltimo, la espera infinita del campesino por algo que nunca ocurre es un reflejo de la condiciรณn humana en la obra de Franz Kafka: una lucha constante con sistemas inteligibles y con la bรบsqueda de significado en un mundo que parece indiferente o inaccesible. La esencia de "El Proceso".
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