El convertirse en escritor es una etiqueta que muchos quisieran llevar, sin embargo más que un título o una característica del amante de las letras, es una labor ardua que requiere mucho compromiso, harta sensibilidad y también disciplina. Entre tantas definiciones y corrientes de pensamientos, hoy te comparto la visión de José María Arguedas sobre ¿qué es ser un escritor? Quiénes lo son para Arguedas y cómo se definía a sí mismo.
¿Cómo surge este pensamiento en Arguedas?
Hace poco les compartí un post sobre qué escribió José María Arguedas en su diario y mientras investigaba en ese texto me di con muchos párrafos valiosos de dónde provino la idea para hacer este nuevo.
El diario de Arguedas acompaña la novela "El zorro de arriba y el zorro de abajo" y tiene un sus líneas no solo la lucha entre el escritor peruano y la muerte (siempre deseando su suicidio), sino también referencias a encuentros o pensamientos con base en los escritores más famosos de la época. Uno de ellos es Julio Cortázar y es a partir de él que surge esta interpretación.
Arguedas se puso a pensar sobre el juicio de Cortázar respecto del escritor profesional,
"Yo no soy escritor profesional, Juan (Rulfo) no es escritor profesional, ese García Marquez no es escritor profesional. ¡No es profesión escribir novelas y poesías! O yo, con experiencias nacional, que en ciertos resquicios sigue siendo provincial, entiendo provincialmente el sentido de esta palabra oficio".
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Para Arguedas escribir es un oficio
Para nuestro narrador peruano escribir era un oficio, una técnica que se va cultivando y se aplica de manera específica orondamente para ganar plata. "Soy en ese sentido un escritor provincial; sí, mi admirado Cortázar".
Pero la reflexión de Arguedas no termina ahí, seguramente la mayoría de personas piensa que el placer y el éxito del escritor está medido por la cantidad de popularidad y libros venidos; por los 'Betseller" que puedan colocar en el mercado.
Pero en el fondo, todo sigue siendo un atributo gobernado por la superficialidad y el narcisismo (esto lo digo yo). Pero leyendo a Arguedas caigo en cuenta que si bien todos buscan la afirmación y el reconocimiento, hay algo mucho más valioso que ello; él lo entendía así:
"Si Juan conoce al infinito el oficio, no debería ser pobre. Yo tuve que estudiar etnología como profesión: el Embajador fue médico; Juan se quedó en empleado. Escribamos por amor, por goce y por necesidad, no por oficio".
Arguedas nos habla sin duda alguna del escribir "por gusto", por el mero hecho de encontrar las palabras que dan sentido a nuestra ilusión de escribir. Allí radica la felicidad y es entonces cuando podemos comenzar a sentirnos escritores. Ciertamente existe la fama y el dinero; y cómo no las ventas, pero más importante que es está en la formula arguediana; "escribamos por amor". Y eso lo he podido comprobar, solo se escribe por amor: amor a las letras, a una idea, a una persona, a un momento, a un recuerdo; el dinero sobra, es complementario.
La filosofía de Arguedas
Arguedas relata que cierta vez encontró al escritor Carlos Fuentes, estaba escribiendo "como un albañil que trabaja a destajo", pues tenía que entregar una novela a plazo fijo. "Dicen que eso le sucedía a Balzac y a Dostoievski. Sí, pero como una desgracia, no como una condición de la que se enorgullecieran".
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El hecho de encadenarse a producir para obtener un rédito es también vender el alma, vender el arte. Es difícil; hay quienes discrepan de ello y hay quiénes sin importarle reciben todo de golpe. Yo me quedo con lo de Arguedas, así este post solo lo lean dos personas. Creo que la intención y lo que has salido ha cumplido su sentido.
"Vallejo no era profesional, Neruda es profesional; Juan Rulfo no es profesional. ¿Es profesional García Márquez?¿le gustaría que le llamaran novelistas profesionales? Puede decirse que Moliere era profesional pero no Cervantes".
¿Y ustedes que opinan?