El absurdo precio del despido - Mar de fondo

El relato de la semana...

El mito de Sísifo
Imagen tomada de Pinterest: https://pin.it/3QYYIBu



Un día regresé de un viaje corto, embelesado por pisar suelos donde habían caminado importantes escritores o de donde se habían inspirado los más atrevidos aspirantes. Venía con la mochila cargada de ideas y de historias que quería volver cuentos o pensamientos; venía a sumirme nuevamente en el mundo del trabajo regulado y estructurado, en fin, era lo que me tocaba y había buena paga ciertamente. Llegué de Madrid un fin de semana y debía reincorporarme a mis labores, o almenos eso pensaba que sucedería, lamentablemente (y no sé si ahora calce bien esta palabra), me di con la sorpresa de que estaba despedido.

¿Por qué motivo? lo sigo buscando aún, pero con menos importancia que antes. El señor Giovani Soquete sin el mínimo criterio ni reparo me lo había comunicado, en ese momento me sentí como Josef K. de El proceso, quien recibe la noticia intempestiva, sorprendido, estupefacto. Todo ya estaba premeditado y complotado por la señora Chapetona, pero sin entrar en más detalles de ese tórrido desenlace, me di cuenta de que las vacaciones no habían terminado, sino que se habían extendido hasta pasar las fiestas de fin de año.

¡Qué sin sabor! pensé al inicio, pero como no tenía nada que perder ni había incurrido en nada malo según el señor Soquete, me dediqué a disfrutar de mi tiempo. Para entonces Mar de fondo era una página de comentarios literarios, también políticos, cosa que no me desagradaba porque la política siempre me ha llamado la atención, pero nunca más que la literatura. Después de abandonarme a los placeres del ocio, con más tiempo para leer, más caminos que recorrer con Mila y mis amigos, decidí que era la oportunidad para darle al blog el impulso literario que tanto había deseado.

Una mañana de enero me levanté extasiado, iluminado. La noche anterior me había empalmado unas cervezas con Carlitos, un amigo de muchos años y como el sol de verano nos empuja al campo, a la playa y menos a la oficina, me dije que en ese momento no tenía la urgencia de un trabajo (que hoy sí lo tengo), así que me tomé el verano para elaborar este proyecto. Escribir es una de la cosas que más me apasionan (aparte de leer claro está) y elaborar textos es algo que he venido haciendo desde que comencé con unos cuentos en la universidad y que pronto verán la luz.

Esa noche, después de las chelas, también había soñado hasta sudar con el mito de Sísifo, al cual Camus refiere para explicar el absurdo hecho de lidiar con cosas repetitivas sin motivo aparente y que bien puede adaptarse al trabajo monótono. Esa búsqueda del sentido de la vida se centra en que cada uno le pueda dar a la suya el valor y el sentido que necesita. Yo lo encuentro en la libertad que ha sido dada por Dios. 

Entonces soñé que ahí estaba, parado en el inicio del puente Abancay en Lima, con una enorme bola de piedra (que asumo era mi trabajo o mi vida), y luego al llegar a la cima del puente, la enorme pelota rocosa volvía a rodar cuesta abajo hacia el río y nuevamente iba por ella para volverla a subir, estaba preocupado de dejarla ahí o que otro se la pudiera llevar. 

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Luego pasó un tipo que me preguntó por qué hacia la misma cosa todo el tiempo y le dije fastidiado que no se meta en mis asuntos: "no ves que no hay donde meter esta pelota", exclamé. "Y por qué no te la metes por donde no te da el sol", me dijo y soltó una carcajada. "o mejor aún, méteselas a ellos". Y se fue.

Me quedé ahí con mi pelota empapada por el río, la miré, le di tres palmaditas y media y yo también me fui dejándola ahí. 

Cuando me desperté era de madrugada y tenía ganas de escribir, pero como la mayoría de veces, no tenía un papel en la mano (¡cuántas buenas ideas se han perdido en la oscuridad¡). En la mañana creía saber lo que tenía que hacer y simplemente me puse a organizar mis lecturas y pensar qué de bueno podría ofrecer en el Blog, ahí surgieron los cuentos, poesía, mensajes, en fin, todo aquello que comienza a tener sentido en este tiempo. 

Y alguien puede decir ¿no es repetitivo lo que haces en el Blog todos los días? pero el absurdo deja de serlo cuanto le encontramos/damos el sentido. 

En cierto modo agradezco a Giovani Soquete y a la señora Chapetona, por darme una buena idea...


“El obrero actual trabaja durante todos los días de su vida en las mismas tareas y ese destino no es menos absurdo. Pero no es trágico sino en los raros momentos en que se hace consciente.", decía Camus.

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Mar de fondo

𝑆𝑜𝑦 𝐵𝑟𝑦𝑎𝑛 𝑉𝑖𝑙𝑙𝑎𝑐𝑟𝑒𝑧 (Lima, 1990) creador del Blog de Mar de fondo. Estudié Comunicaciones, Sociología y estoy escribiendo un libro. Soy un amante de los cuentos, cartas, diarios y novelas. Convencido de que "𝑈𝑛 𝑑𝑖́𝑎 𝑙𝑒𝑖́𝑑𝑜 𝑛𝑜 𝑒𝑠 𝑢𝑛 𝑑𝑖́𝑎 𝑝𝑒𝑟𝑑𝑖𝑑𝑜"

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