Todo sobre Han Kang la surcoreana ganadora del Premio Nobel de Literatura 2024

¡Qué tal, lector! Siempre me he referido al lado humano de los escritores. Ciertamente, muchos han vivido momentos de dificultad y han podido encontrar el soporte para poder superarlos. El caso de Dostoyevski es emblemático, pues su obra salta de lo ficcional a una lucha contra las injusticias, el amor no correspondido y desavenencias. Asimismo, el egoísmo, la purificación y el sufrimiento fueron temas medulares en su producción literaria, marcada por ese inconfundible narrador omnisciente del siglo XIX ¿A quién se dirigía Dostoyevski? 

Imagen tomada de Pinterest: https://pin.it/7vXg2kK

DOSTOYEVSKI EL GENIO RUSO

Debemos señalar que estamos ante uno de los escritores más valorados del siglo XIX, un genio de las letras comparado en grandeza con Johann Sebastian Bach (para la música). Fiódor Dostoyevski se hizo un nombre en la Rusia zarista, junto a otros genios de la talla de Tolstói y Gógol, quienes también vivían su apogeo. 

Por mucho tiempo ha sido asociado a la novela realista, pero también tuvo que ver con los movimientos romántico y naturalista. ¿Por qué se hace una comparación con Bach? Lo elemental de este parangón es que ambos artistas padecieron vidas atribuladas y cargadas de penurias. Pero los dos siempre tenían algo en común: una gran fe en Dios desde el catolicismo. 

Dostoyevski nació en Moscú en 1821 y con los años fue presentando una prolifera obra literaria, al punto que un filósofo de la talla de Friedrich Nietzsche lo consideró uno de los padres de la psicología moderna, porque Fiódor escarbó en el pecado de pensamiento de los seres humanos, más que en obra u omisión. 

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Los padres de Dostoyevski fueron Mijaíl Andréievich Dostoievski y María Fiódorovna Necháyeva, el escritor tendría seis hermanos con quienes fueron a vivir a la aldea de Darovóye  en Tula gracias a que el padre heredó unas tierras. Fiódor y otro de los hermanos, Mijaíl, fueron enviados a la Escuela de Ingenieros Militares de San Petersburgo, lugar en el que empezaría a interesarse por la literatura a través de coetáneos de otros países como Víctor Hugo o E. T. A. Hoffmann, entre otros. 

Tras la muerte de su padre (algunos precisan que murió ahogado en vodka víctima del alcoholismo y la depresión). Las tierras del finado comenzaron a despertar el interés de terceros. El joven Fiódor desarrollo una fuerte culpa por lo sucedido con el padre que más tarde se vería reflejado en sus cuadros de epilepsia, una enfermedad asfixiante como el alcoholismo de Edgar Allan Poe o el mal de amores del francés Gustave Flaubert. 

Eso no impidió que constase con una lucidez magnífica para escribir sus obras más emblemáticas con los personajes más impresionantes (alter ego) como Murin y Ordínov (La patrona), Nelly (Humillados y ofendidos), Myshkin (El idiota), Kirílov (Los demonios) o Smerdiakov (Los hermanos Karamazov). 

De este modo tuvo una carrera bastante prolífica escribiendo diecisiete novelas, dieciocho cuentos, un diario que empezó en 1846 y terminó en 1880 y la crónica Apuntes de invierno sobre impresiones de verano (1863). 

Lo sensacional de Dostoyevski es que a diferencia de otros coetáneos incorporaba bajo la realidad de un narrador omnisciente con el que pretendía hablar o dirigirse a Dios, pero también con Él usando recursos de la polifonía. En casi todas sus obras hay más de un personaje redondo con los que armaba tramas complejísimas. 

¿Dostoyevski y la epilepsia?

Era complicado el panorama para el escritor ruso, teniendo en cuenta que los primeros medicamentos para tratar la epilepsia aparecieron en 1912 y que Han Berger registró el primer encefalograma allá por 1929. Entonces, para un enfermo del siglo XIX era complicado convivir con esa enfermedad. Existía bastante desinformación sobre ésta. Lo interesante de todo ello es que el mismo Dostoyevski registro los episodios a los cuales era sometido por esta causa. Por eso, sabemos que su primer ataque ocurrió cuando tenía 25 años. 

También, qué mejor que su propia obra para poder transmitir lo que sentía: 

“Smerdiákov pudo despertar y salir de su profundo sueño… después de los ataques de epilepsia, siempre sigue un sueño profundo… Levantado de la cama, se dirige casi inconscientemente y sin propósito alguno hacia el lugar donde había resonado el grito para ver qué pasaba. Tiene confusa la cabeza, la imaginación todavía duerme…”, escribe Dostoievski en Los hermanos Karamázov, su última obra, publicada cuatro meses antes de su fallecimiento.

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“Entonces, de súbito, algo pareció abrirse ante él: una rara luz interior inundó su espíritu. Ese instante duró quizá medio segundo, pero recordaba precisa y conscientemente el comienzo, el primerísimo sonido del terrible alarido que se escapó por sí mismo de su pecho y que ningún esfuerzo suyo hubiera podido retener. Seguidamente se extinguió su conciencia y sobrevino una completa oscuridad. Tuvo un ataque de epilepsia, el primero en mucho tiempo”, mencionó en El Idiota.

Como puedes apreciar, lector de Mar de fondo, la literatura también es expresión máxima del sufrimiento humano. Los personajes (como en el caso de Dostoyevski en sus novelas) son válvulas de escape y maneras de cómo contarle al mundo aquello que perturba al artista. 

En el caso de Fiódor, su condición no fue un obstáculo para que dejase de ofrecernos los mejores cuentos y lecturas que podamos imaginar. Un grande de su época que tuvo, según los biógrafos, un importante valor agregado contra las adversidades, que era su fe  ¡Nos leemos en otro artículo!

Fuente: elseviaer.es.