¡Buenos días, lectores! La poesía es un arte sublime, algo sumamente profundo y que solo pocos pueden cultivar. Hay que ser un dotado de la sensibilidad para hacer poesía. Yo la respeto mucho, como respeto a los genios universales de la talla de Antonio Machado, quien fue uno de los más grandes exponentes de la generación del 98 y cuyo arte sigue cosechando lectores de todo el mundo. Hoy conoceremos el último verso que escribió antes de partir ¡Leamos!
Imagen tomada de Pinterest: https://pin.it/6fIrE5e |
EL LEGENDARIO ANTONIO MACHADO
Antonio Machado, nace en Sevilla, España en 1875 y en vida se convirtió en un destacado poeta y escritor, ocupando, como dije líneas atrás un importante lugar en la generación del 98, movimiento literario y cultural que surgió en España a finales del siglo XIX y principios del siglo XX.
El gran Machado es conocido por su poesía lírica y su profunda exploración del amor, la naturaleza, la identidad y la fugacidad de la vida. Temas que definieron su estilo poético sencillo y profundo.
Entre las obras más conocidas de este autor están "Soledades, galerías y otros poemas" (1907). "Nuevas canciones" (1924) y "Campos de Castilla" (1912), esta última es una de sus obras más emblemáticas y donde explora la belleza de la tierra y la cultura de Castilla.
También, más allá de su trabajo poético, Antonio Machado fue profesor y desempeñó un papel importante en la enseñanza en España, especialmente en Soria y Segovia. Pero eso lo veremos cuando aborde su biografía. Hoy nos concentramos en esta anécdota...
$ads={2}
EL ÚLTIMO VERSO DE ANTONIO MACHADO
Siempre me ha llamado la atención los momentos importantes en la vida de los autores, como sus primeras obras, primeras palabras, cartas emblemáticas, últimas palabras, últimos días, primeras veces. Por eso, cuando me encontré con él último verso de Machado no dudé en presentárselo a ustedes.
De hecho, lo encontré en la Biblioteca virtual Miguel de Cervantes, donde Francisco López Estrada cuenta cómo, al estar en París fue a visitar la tumba de Machado y se encontró con una historia genial como la del último verso del poeta español.
López Estrada dice que es el último verso, el más misterioso. Quien encontró este verso fue su hermano José, metido en el bolsillo de un viejo gabán, comparable con el poema "Esta luz de Sevilla...es el patio", que escribió Machado recordando su domicilio en tierras sevillanas.
El verso encontrado de Machado reza así:
"Estos días azules y este sol de la infancia"
Estamos hablando de su último esfuerzo poético y aunque se trata de un verso no deja de ser poesía. Para López Estrada Machado había intuido una clara impresión del pasado volviendo desde el fin al origen en la última rebeldía del tiempo.
"El cementerio queda en medio del pueblo, recogido entre el cerco urbano, con las casas en torno. Apenas hay transición entre la vida del lugar y el recinto del camposanto. Cuando estábamos ante la tumba del poeta, nos llegaban las voces de los niños y el pausado martilleo de un taller cercano; veces sueltas -francés, catalán rosellonés y español- saltaban por encima de las tapias. El cementerio estaba muy cuidado, limpias las piedras y les caminos; sobre la tumba del poeta, flores, siempre flores -nunca faltan en todo tiempo, nos dijeron. Flores, palabras sueltas, voces de niños..., la tumba del poeta estaba rodeada de un contorno de paz, como si la muerte hubiese concertado con la vida un acuerdo", recuerda López.
Así es Colliure, el sitio donde murió Machado en 1939. Tiene un puerto encantado, la arquitectura esta cerca aun espacio del Mediterráneo. Hay un viejo faro convertido en torre de una iglesia y al lado, un castillo de origen medieval, remozado. Este es el escenario que tal vez presenció el poeta; una orilla con barcas y pescadores, pintadas de vivos colores.
López se pregunta si llegó el poeta a gozar en Collioure de uno de estos días de luz altísima, después de tantas sombras como llevaba en el alma, entre tanto dolor compartido. Refiere también que su hermano José habla de un paseo hasta las barcas un día que al cabo se tornó hosco, con viento; ya no estaba el poeta para adentrarse por otra primavera.
Si continuamos con la comparación del poema de Machado a su natal Sevilla en 1903 podemos entender la referencia a la primavera "es una tarde clara casi de primavera". Nos preguntamos si pudo encontrar ese clima primaveral en la ciudad que lo vio partir.
"Entonces el papel arrugado con él verso único no sería sólo la memoria del pasado infantil, sino también la intuición de un presente que duró por desgracia poco -muy poco-, unos días, puede que sólo unas horas, hubiese bastado un instante iluminado como para escribir un solo verso en la inmediatez de la primavera mortal de 1939.", Dice López.
Como fuere, Antonio Machado ha quedado impregnado en el colectivo lector por sus grandes obras y por su visión de la naturaleza y la belleza.
Es preciso que aparezca más en este Blog y aparte de una biografía, me dispondré también a compartir más de su poesía. Como está por ejemplo:
Anoche cuando dormía
soñé, ¡bendita ilusión!,
que una fontana fluía
dentro de mi corazón.
Di, ¿por qué acequia escondida,
agua, vienes hasta mí,
manantial de nueva vida
de donde nunca bebí?
Anoche cuando dormía
soñé, ¡bendita ilusión!,
que una colmena tenía
dentro de mi corazón;
y las doradas abejas
iban fabricando en él,
con las amarguras viejas
blanca cera y dulce miel.
Anoche cuando dormía
soñé, ¡bendita ilusión!,
que un ardiente sol lucía
dentro de mi corazón.
Era ardiente porque daba
calores de rojo hogar,
y era sol porque alumbraba
y porque hacía llorar.
Anoche cuando dormía
soñé, ¡bendita ilusión!,
que era Dios lo que tenía
dentro de mi corazón.
TE RECOMIENDO, LECTOR: Albert Camus y la novela como un medio de escape al sufrimiento
Los datos generales de esta nota proceden de José Luis Cano, Antonio Machado Biografía ilustrada, Barcelona, Destino, 1975; sobre los últimos días del poeta, véanse: Francisco Jerez Gallego, «Invierno: 1959: el último viaje de Antonio Machado», Destino, 22 enero 1972; el libro de Joaquín Gómez Burón, Exilio y muerte de A. Machado, Madrid, Sedmay, 1975, poco afortunado según muestran las observaciones de Jacques Issorel, «Algunas observaciones a un libro sobre A. Machado», Ínsula, 347 (octubre 1975), pág. 15; y los testimonios de Jacques Baills y Juliette Figueres recogidos por Jacques Issorel en «Mort a Colliure (I)» y «Mort a Colliure (II)», en la revista Les Langues neo-latines, 205 (1973), págs. 55-63 y 217 (1976), páginas 28-36.
Fuente: Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes.
Antonio Machado el último de los Grandes
ResponderEliminarGracias por compartir
EliminarExcelente!
ResponderEliminarGracias, saludos!!
EliminarÁnimo y gracias
ResponderEliminarMuchas gracias :D!
Eliminar¡Muchas gracias! En un día gris como el de hoy, en Montevideo, siento en mi interior una cercanía especial con la grisura de los últimos días de Antonio Machado, poeta sin igual, a quién amo entrañablemente
ResponderEliminarEstamos iguales, es un día gris en mi Lima
EliminarMuchas gracias por compartir, bellas palabras y bello lenguaje que llega al corazón y reanima
ResponderEliminarDe eso se trata, querido lector!
EliminarMuchas gracias , el leer a Machado conecta co lo más puro del ser humano. Gracias por compartir.
ResponderEliminarSabía que era uno de los más leídos del Blog. Que lo disfrutes
Eliminar