La impresionante obsesión de Gustave Flaubert por la perfección

¡Hola, lectores! Ya he referido muchas historias y anécdotas de los mejores escritores de la historia. Y muchas de estas las encontramos en sus apuntes personales. Hoy, por ejemplo, en los apuntes de Gustave Flaubert, el genio de Madame Bovary, encontramos las ideas de un escritor obsesionado con la calidad de su texto en una época francesa convulsa y distante a aquello que ocurría a su alrededor. De ello se valió Flaubert para dar vida a su obra ¡Leamos a qué se debía su obsesión!

La obsesión de Gustave Flaubert por la perfección
Imagen tomada de: mas.ln.es de Pablo García


EL LEGENDARIO GUSTAVE FLAUBERT


Conocí a Flaubert por Ribeyro, pues éste admiraba la obra del francés, quien puso el debate sobre el estilo entre los grupos literarios del silgo XIX. Desde entonces, la voluntad estilística ha pesado sobre las generaciones venideras, para algunos es una afectación y para otros un sello que todo escritor debería encontrar. 

Tomar un estilo puede llevar al éxito o al fracaso de un escritor, sobre todo si se vuelve una manía, una obsesión, como le pasó a Gustave.

Recordemos que en Madame Bovary, la protagonista queda hipnotizada por las historias de grandes autores como Rabelais, Cervantes o Moliere. La publicación de los Cuadernos, apuntes y reflexiones de Flaubert (editorial Páginas de Espuma) aporta materiales inéditos en castellano para este interminable debate comenzado por el francés y que hoy podemos disfrutar a través de esta publicación. Allí Flaubert dice:

“Las ideas fluyen solas, por una pendiente fatal y natural. Si con algún propósito, el que sea, quieres que las ideas sigan un curso ajeno, todo saldrá mal. Hay que dejar que los personajes se delineen con sus consecuencias, hay que dejar que los hechos se engendren a sí mismos”, escribe Flaubert.

Escribir toma tiempo, es luchar también contra uno mismo, para vencer los límites de la naturaleza mental humana. Flaubert pasaba horas buscando la palabra exacta y afinando el sonido de la frase para que esta no sonora como un cascabel ni como un serrucho.

Se trataba de un autor que buscaba la lírica literaria y que siempre quería ahondar en los temas y personajes que trataba. Faltaba menos, eran suyos. Solamente se daba satisfecho cuando leía sus textos en voz alta y escuchaba la armonía de las frases, uniendo sus dos deseos, los del romántico y los del realista.

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Para llegar a esa unión, dejó a un lado el preciosismo de su gran experimento literario, La tentación de San Antonio, y se centró en un tema más árido, más burgués, como fueron los adulterios de Emma Bovary. Aun así, mantuvo su obsesión por la frase perfecta aunque siempre estuvo convencido de que escribiría mejor aquella obra monumental “si en lugar de forzar mis sentimientos para llegar a un cierto ideal, en lugar de poner mis pensamientos dentro de un marco, los hubiese dejado correr por el campo tal cual son: flores frescas”, según reflexiona en estos escritos.


¿A quién admiraba Gustave Flaubert?


El gran escritor francés, hoy admirado por miles de lectores y colegas, tenía predilección por Montaigne, Chauteaubriand, Rabelais y Victor Hugo. Fuera de Francia, admiró también a Goethe, Lord Byron y a Cervantes. Estamos hablando de un escritor con muy bien gusto. Emile Zola, padre del naturalismo francés, que se definió a sí mismo como su alumno, dijo que Flaubert condensaba lo mejor de los dos genios de la generación de 1830, la exactitud de Balzac y la brillantez de Hugo.

Flaubert nació el 12 de diciembre de 1821 en Rouen, y desde pequeño tenía todos lo elementos a su alrededor para convertirse en un gran escritor. Podemos encontrar en sus Cuadernos una adolescencia bastante ligada al concepto que tenemos de aprendiz de escritor, pues estuvo llena de arrebatos y simulacros de decepciones. La tristeza, la lentitud, el aburrimiento, el abismo, se encuentran en las primeras páginas del libro que mencioné al inicio.

Flaubert decía en sus apuntes que “Tan sólo los hombres honestos tienen la gracia de la observación, pues para ver bien las cosas no hay que volcar ningún interés personal”, escribe Flaubert de esta manera quería decir que solo con esa distancia se podía adentrar en el sustrato de la realidad y en la psicología de los personajes. Indagar a fondo se necesita dar un paso más allá, ayudado por la observación de los detalles, pensaba Flaubert. Eso también decía Ribeyro.

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Hay que leer, meditar mucho, pensar siempre en el estilo y escribir lo menos posible, única mente para calmar la irritación de la Idea, que exige tomar forma y que se revuelve en nuestro interior en tanto no hayamos encontrado una palabra exacta, precisa, adecuada”, recomienda el escritor de Madame Bovary.

El libro termina con una reflexión acerca de la escritura que condensa el método con el que minuciosamente construyó Madame Bovary: “El estilo se encuentra tanto debajo de las palabras como en las palabras. Es tanto el alma como la carne de toda obra” ¡Qué genio!

Este ha sido un pincelazo, querido lector, acerca de algunos pensamientos de Gustave Flaubert y su búsqueda de la perfección, algo que aspiran muchos escritores de la época y otros no; pero que sin duda Flaubert procuro aconsejar en sus más sinceras memorias. ¡Nos vemos en otro artículo!



Fuente: Revista Pérgola.


Mar de fondo

𝑆𝑜𝑦 𝐵𝑟𝑦𝑎𝑛 𝑉𝑖𝑙𝑙𝑎𝑐𝑟𝑒𝑧 (Lima, 1990) creador del Blog de Mar de fondo. Estudié Comunicaciones, Sociología y estoy escribiendo un libro. Soy un amante de los cuentos, cartas, diarios y novelas. Convencido de que "𝑈𝑛 𝑑𝑖́𝑎 𝑙𝑒𝑖́𝑑𝑜 𝑛𝑜 𝑒𝑠 𝑢𝑛 𝑑𝑖́𝑎 𝑝𝑒𝑟𝑑𝑖𝑑𝑜"

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