La entrevista de William Faulkner, Nobel de Literatura 1949, donde reflexiona sobre la “libertad económica” en la creación artística.
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| Imagen tomada de prensaescuela.es |
Uno de mis géneros favoritos es la entrevista literaria, porque cuando está bien planteada, permite al autor o autora revelar los más profundos matices de su pensamiento. Así ocurrió con William Faulkner, el Premio Nobel de Literatura 1949, quien en la década de los cincuenta ofreció una conversación memorable donde expuso su visión más honesta —y dura— sobre el oficio de escribir.
¿La libertad económica puede determinar el talento de un escritor? Faulkner lo tenía claro.
Aprendiendo más sobre William Faulkner
El autor de El ruido y la furia y Mientras agonizo es considerado uno de los pilares de la literatura estadounidense del siglo XX. Su estilo complejo, introspectivo y profundamente humano influenció a autores como Gabriel García Márquez, Juan Carlos Onetti y Mario Vargas Llosa.
En 1956, la editora Jean Stein Vanden Heuvel realizó una entrevista que quedó registrada como una de las más valiosas piezas de reflexión literaria del siglo pasado. En ella, Faulkner aborda temas como la independencia creativa, la libertad económica del escritor y la eterna búsqueda de la obra perfecta.
“El artista no debe preocuparse por el dinero, sino por la verdad de su arte”, afirmaba Faulkner con la serenidad de quien conocía las sombras del éxito.
Faulkner y una respuesta reveladora
Durante esa entrevista, William Faulkner recordó sus días trabajando como encargado de un burdel, una etapa que lo marcó profundamente y le permitió observar —sin juicios— la naturaleza humana en su crudeza.
Allí, entre conversaciones, risas y silencios, halló la materia prima para construir los mundos de su mítica Yoknapatawpha County, ese universo literario donde exploró el pecado, la culpa, la pobreza y la redención.
Lejos de idealizar la figura del escritor, Faulkner insistía en que la creación artística no debía depender del confort económico, sino del compromiso con la verdad interior del artista. “Cuando el escritor teme perder su comodidad, pierde su libertad”, decía con ironía y lucidez.
l legado detrás de sus palabras
Las declaraciones de Faulkner siguen resonando hoy, especialmente en un mundo donde la industria editorial y los algoritmos parecen determinar el éxito literario. Su visión nos invita a reflexionar sobre la autenticidad, la disciplina y la resistencia que exige el oficio de escribir.
En tiempos donde muchos autores buscan vivir de su arte, Faulkner nos recuerda que la verdadera libertad del escritor no se compra: se construye escribiendo, fallando y volviendo a empezar.
-¿Existe alguna fórmula que sea posible seguir para ser un buen novelista?
-99% de talento… 99% de disciplina… 99% de trabajo. El novelista nunca debe sentirse satisfecho con lo que hace. Lo que se hace nunca es tan bueno como podría ser. Siempre hay que soñar y apuntar más alto de lo que uno puede apuntar. No preocuparse por ser mejor que sus contemporáneos o sus predecesores. Tratar de ser mejor que uno mismo. No sabe por qué ellos lo escogen y generalmente está demasiado ocupado para preguntárselo. Es completamente amoral en el sentido de que será capaz de robar, tomar prestado, mendigar o despojar a cualquiera y a todo el mundo con tal de realizar la obra.
-¿Quiere usted decir que el artista debe ser completamente despiadado?
-El artista es responsable sólo ante su obra. Será completamente despiadado si es un buen artista. Tiene un sueño, y ese sueño lo angustia tanto que debe librarse de él. Hasta entonces no tiene paz. Lo echa todo por la borda: el honor, el orgullo, la decencia, la seguridad, la felicidad, todo, con tal de escribir el libro. Si un artista tiene que robarle a su madre, no vacilará en hacerlo…
-Entonces la falta de seguridad, de felicidad, honor, etcétera, ¿sería un factor importante en la capacidad creadora del artista?
-No. Esas cosas sólo son importantes para su paz y su contento, y el arte no tiene nada que ver con la paz y el contento.
-Entonces, ¿cuál sería el mejor ambiente para un escritor?
-El arte tampoco tiene nada que ver con el ambiente; no le importa dónde está. Si usted se refiere a mí, el mejor empleo que jamás me ofrecieron fue el de administrador de un burdel. En mi opinión, ese es el mejor ambiente en que un artista puede trabajar. Goza de una perfecta libertad económica, está libre del temor y del hambre, dispone de un techo sobre su cabeza y no tiene nada qué hacer excepto llevar unas pocas cuentas sencillas e ir a pagarle una vez al mes a la policía local. El lugar está tranquilo durante la mañana, que es la mejor parte del día para trabajar. En las noches hay la suficiente actividad social como para que el artista no se aburra, si no le importa participar en ella; el trabajo da cierta posición social; no tiene nada qué hacer porque la encargada lleva los libros; todas las empleadas de la casa son mujeres, que lo tratarán con respeto y le dirán “señor”. Todos los contrabandistas de licores de la localidad también le dirán “señor”. Y él podrá tutearse con los policías. De modo, pues, que el único ambiente que el artista necesita es toda la paz, toda la soledad y todo el placer que pueda obtener a un precio que no sea demasiado elevado. Un mal ambiente sólo le hará subir la presión sanguínea, al hacerle pasar más tiempo sintiéndose frustrado o indignado. Mi propia experiencia me ha enseñado que los instrumentos que necesito para mi oficio son papel, tabaco, comida y un poco de whisky.
-Usted mencionó la libertad económica. ¿La necesita el escritor?
-No. El escritor no necesita libertad económica. Todo lo que necesita es un lápiz y un poco de papel. Que yo sepa nunca se ha escrito nada bueno como consecuencia de aceptar dinero regalado. El buen escritor nunca recurre a una fundación. Está demasiado ocupado escribiendo algo. Si no es bueno de veras, se engaña diciéndose que carece de tiempo o de libertad económica. El buen arte puede ser producido por ladrones, contrabandistas de licores o cuatreros. La gente realmente teme descubrir exactamente cuántas penurias y pobreza es capaz de soportar. Y a todos les asusta descubrir cuán duros pueden ser. Nada puede destruir al buen escritor. Lo único que puede alterar al buen escritor es la muerte. Los que son buenos no se preocupan por tener éxito o por hacerse ricos.
Como ves, querido lector, hay un importante componente reflexivo en las respuestas de Faulkner. Ciertamente hay muchos escritores que pueden discrepar en su manera de concebir el arte, pero en lo que estamos de acuerdo es en la calidad y la influencia que tiene su obra en la actualidad.
Aquí también te dejo un listado de sus libros más famosos, para que puedas revisar algunos de ellos este año:
- El ruido y la furia (The Sound and the Fury, 1929)
- Mientras agonizo (As I Lay Dying, 1930)
- Mientras agonizo (Light in August, 1932)
- Santuario (Sanctuary, 1931)
- Absalón, Absalón (Absalom, Absalom!, 1936):
- La ciudad (The Town, 1957) y La aldea (The Mansion, 1959)
- Desciende, Moisés (Go Down, Moses, 1942)
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Estoy empezado a leer sus publicaciones , me siento muy complacido .Gracias.
ResponderEliminarMuchas gracias por visitar mi Blog. Saludos :D
Eliminargracias por compartie
ResponderEliminarde nada :D regresa pronto!
EliminarGracias por esto. Solo hay un pequeño error en el listado de libros. Dice Mientras Agonizo como traducción de Luz de Agosto.
ResponderEliminarSaludos!
Muchas gracias por la observación!
EliminarExcelente, gran trabajo. Felicitaciones y dale para adelante!!!
ResponderEliminarmuchas gracias! un fuerte abrazo
EliminarContinúo disfrutando y aprendiendo de los grandes, en tus publicaciones.
ResponderEliminarFeliz y próspero año 2024
Muchas gracias :D es motivador leer tu comentario
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