Desde Tolstói a Hemingway: escritores que amaban montar bicicleta

¡Hola, lector! uno de mis pasatiempos en verano es pasear en bicicleta, y por eso me asaltó la curiosidad sobre qué escritores gustaban también de este sano ejercicio. Por eso, navegando en la red encontré datos muy interesantes sobre nuestros autores favoritos y su gusto por andar en dos ruedas ¡Leamos de quiénes se trata! 

Desde Tolstói a Hemingway: escritores que amaban montar bicicleta
Imagen tomada de Pinterest: https://pin.it/3mzZNt3cY

Me llamó mucho la atención la relación entre Julio Cortázar y la bicicleta, pues el escritor argentino nacido en 1914, le dedicó nada menos que un relato en Historia de cronópios y famas. Por su parte, nuestro admirado Ernest Hemingway creo uno de sus más importantes personajes secundarios en la novela "Adiós a las armas" (1929), el nombre de un famoso ciclista italiano, Rimaldi. 

Entre otros escritores figuran Sylvia Plath, Conan Doyle, Tenesse Williams, Ray Bradbury o George Wells, aficionados a pedalear por las calles y sentir la brisa en sus rostros.

En el prólogo de Eloy Tizón  Pide tres deseos (2013) (para una antología de relatos llamada Diez bicicletas para treinta sonámbulos, se leer: 

"La bicicleta es un vehículo movido por el deseo, cuyo motor son los sueños». Empujados con el pedaleo constante del camino a medio hacer, muchos escritores han hecho del velocípedo un tema literario. Antonio Muñoz Molina, Felipe Benítez Reyes, Juan Carlos Mestre, Agustín Fernández Mallo, Andrés Neuman, José Ovejero o Marta Sanz sostienen su manubrio en un dispar pelotón de más de 30 narradores convocados por la editorial Demipage para celebrar su décimo aniversario. Se trata de un volumen de microrrelatos dedicados, enteramente, a un artefacto que no ha pasado desapercibido para novelistas, cuentistas o poetas..." 

Por eso, lector, si revisamos en la red podremos encontrar retratos de escritores montados en sus bicicletas como Sylvia Plath, Conan Doyle, Tennessee Williams, Bradbury o Wells. 

Si indagamos podemos encontrar que en las memorias de John Dos Passos, el novelista estadounidense nacido en 1896 hay bastantes líneas que relatan no sólo el gusto que tenía Hemingway por el ciclismo, sino también sus intentos para convertir a sus amigos escritores en avezados pedaleantes. 

"Se me antojaba un tanto extraño que precisamente él se dedicase a algo con semejante entrega", dice el autor de Manhattan transfer. Sólo basta hojear algunas de las páginas del Premio Nobel para constatar su afición. 

HEMINGWAY Y LA BICICLETA


En un artículo publicado en la revista Collier’s, Hemingway declaró que "pedaleando se aprecian mejor los contornos del país, porque uno primero sube las cuestas bañado en sudor y luego las desciende dejándose deslizar por ellas", sabias palabras. Por otro lado también en las páginas de "París era una fiesta" (1964), narra  sus paseos en bicicleta por los bulevares, las carreras en el Vélodrome d’Hiver o su pasión por el Tour. 

VOLVAMOS A JULIO CORTÁZAR Y LA BICICLETA


Como dije al inicio, también el escritor sudamericano, Julio Cortázar se deleitaba sobre aquel aparato sobre dos ruedas. Eso lo notamos en relatos como "Vietato introdurre biciclette", su relato dedicado a las bicicletas, que fue publicado como dije al inicio en Historias de Cronopios y famas (1962)

Aquí, el genio Cortázar se refiere al aparato de dos ruedas de la siguiente manera: 

"Para una bicicleta, entre dócil y de conducta modesta, constituye una humillación y una befa la presencia de carteles que la detienen altaneros delante de las bellas puertas de cristal de la ciudad. Se sabe que las bicicletas han tratado por todos los medios de remediar su triste condición social. Pero en absolutamente todos los países de esta tierra está prohibido entrar con bicicletas. Algunos agregan: (y perros), lo cual duplica en las bicicletas y en los canes su complejo de inferioridad. Un gato, una liebre, una tortuga, pueden en principio entrar en Bunge & Born o en los estudios de abogados de la calle San Martín sin ocasionar más que sorpresa, gran encanto entre telefonistas ansiosas o, a lo sumo, una orden al portero para que arroje a los susodichos animales a la calle". 

Yo sé que les ha gustado bastante los cuentos de Miguel Delibes que he publicado durante el 2023, pero este autor también sentía un amor especial por los velocípedos; así lo demuestra en "Mi querida bicicleta", un relato que es parte de los nueve capítulos de "Mi vida al aire libre (Memorias deportivas de un hombre sedentario", la autobiografía del autor español, donde hace un balance entre memoria, vida y deporte, evidenciando su pasión por el fútbol y su amor por el ciclismo. 

El escritor León Tolstói
León Tolstói y su bicicleta. 


MIGUEL DELIBES Y LA BICICLETA


Delibes narra una relación directa entre la infancia y la bicicleta, como su ambas estuvieran unidas y le dieran sentido a lo vivido: 

"En la ciudad, el deporte de las dos ruedas, sobre el ejercicio en sí, encerraba para un niño un singular atractivo: no dejarse cazar. Nos lanzábamos a tumba abierta en cuanto divisábamos un agente, doblábamos las esquinas como suicidas, de modo que cuando el guardia quería reaccionar ya estábamos a mil leguas".

Otro autor que también mencionan la importancia de la infancia y la bicicleta es Bernardo Artxaga, escritor vasco aficionado al ciclismo: 

"Aprender a montar rn bicicleta es la principal preocupación que solíamos tener los niños en Obaba a partir de los siete años. La aritmética y la gramática que nos enseñaban en la escuela no importaban, la historia sagrada de la que nos hablaban en la sacristía de la iglesia tampoco importaba; lo único que importaba era asistir a las clases de bicileta que los chicos mayores impartían en la plaza de Obaba, y conseguir un puesto entre el escogido grupo de los que podían ir a cualquier parte sobre dos ruedas", escribe. 

En fin, queridos lectores, muchas más historias se han tejido a lo largo de la vida de cientos de escritores y su pasión por el relajante ejercicio del pedaleo, como Virginia Woolf, Gabriela Mistral, M. Luisa Bombal, Dostoievski, Borges, Cortázar, Bolaño, Hemingway y Poe, sin duda, una colección entrañable que hizo la ilustradora Virgina Herrera para la serie Escritores en bicicleta. 

Espero que te haya gustado el artículo querido lector y te haya entrado unas ganas de desempolvar la vieja bicicleta y andar hacia un buen parque con un gran libro. Este post está inspirado en un artículo que leí en La Biciteca que reconoce la gran labor de Virginia Herrera. 

¡Nos leemos en otro artículo! Y no te olvides de seguir el Canal de WhatsApp de Mar de fondo y el TikTok de Mar de fondo. 



Mar de fondo

𝑆𝑜𝑦 𝐵𝑟𝑦𝑎𝑛 𝑉𝑖𝑙𝑙𝑎𝑐𝑟𝑒𝑧 (Lima, 1990) creador del Blog de Mar de fondo. Estudié Comunicaciones, Sociología y estoy escribiendo un libro. Soy un amante de los cuentos, cartas, diarios y novelas. Convencido de que "𝑈𝑛 𝑑𝑖́𝑎 𝑙𝑒𝑖́𝑑𝑜 𝑛𝑜 𝑒𝑠 𝑢𝑛 𝑑𝑖́𝑎 𝑝𝑒𝑟𝑑𝑖𝑑𝑜"

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