Quienes han seguido mis publicaciones saben de mi afición por los diarios y cartas. Hace algún tiempo les mostré que conseguí el libro "Cartas a Theo" de Vincent van Gogh e incluso compartí una foto del prólogo. Pero hoy quiero compartir contigo tres cartas que hacen referencia al estado de salud del pintor después de haber atentado contra sí mismo.
Autorretrato de Vincent van Gogh |
Si bien "Cartas a Theo" es un libro que contiene mucha información técnica y artística relacionada con la pintura, es cierto también que está dotada de registros históricos de la vida de van Gogh; así como frases memorables que ya las quisiera el poeta más más profundo.
¿Cómo y cuándo perdió la oreja Vincent van Gogh?
La noche del 23 de diciembre de 1988 Vincent van Gogh escribiría su propia historia. Después de haber sostenido una discusión con Paul Gauguin (pintor posimpresionista), tomó una navaja y se cortó parte de la oreja izquierda. Lo curioso es que con el pedazo de oreja cercenado van Gogh optó por regalárselo a una prostituta de nombre Rache.
Tras este bizarro episodio, van Gogh fue ingresado al hospital y más tarde decidió entrar a un asilo para someterse a un tratamiento a largo plazo. Este incidente hizo que Gauguin abandone la Casa Amarilla en Arles, donde vivía con Vincent para nunca más regresar...
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Tres cartas de van Gogh que aluden al incidente
Los registros en el libro fechan tres cartas importantes que guardan relación con los sucesos de aquel día. La primera tiene fecha precisamente del 23 de diciembre de 1888; mientras que la segunda y tercera son del 1 y 2 de enero de 1889.
A continuación las cartas de Vincent van Gogh a su hermano Theo van Gogh:
Carta 1
23 de diciembre de 1888
Te agradezco mucho tu carta, tu billete de 100 francos incluido e igualmente tu giro de 50 francos.
Creo que Gauguin está un poco decepcionado de la buena ciudad de Arlés, de la casita amarilla donde trabajamos y sobre todo de mí.
En efecto; preveo para él, tanto como para mí, dificultades graves que aún hay que superar.
Pero esas dificultades están más bien dentro de nosotros mismos que en otra parte.
En resumen, creo que o bien se decidirá a marcharse o bien se decidirá a quedarse (565).
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Carta 2
1 de enero de 1889
Espero que Gauguin te haya tranquilizado del todo; un poco también en lo que respecta a los asuntos de la pintura.
Espero recomenzar muy pronto el trabajo.
La criada y mi amigo Roulin se habían encargado de la casa y habían puesto todo en buen orden.
Cuando salga, podré volver a ir tirando por aquí y muy pronto llegará el buen tiempo y yo retomaré los vergeles
en flor.
Estoy, mi querido hermano, tan afligido por tu viaje; hubiera deseado evitarte esto, porque en suma no me ha pasado nada malo y no había por qué molestarte.
No sabría decirte cuánto me regocija que hayas hecho la paz y más aún con los Bonger.
Dile esto de mi parte a André y salúdale de mi parte, muy cordialmente.
Cómo me habría gustado que hubieses visto a Arlés cuando hacía buen tiempo; ahora lo has visto en negro.
Valor entretanto; dirige las cartas directamente a mi domicilio: Lamartine, 2. Yo le enviaré a Gauguin sus cuadros que quedaron en la casa, tan pronto como lo de-see. Le debemos los gastos que ha hecho por los mue-bles. Un apretón de manos: tengo que volver al hospital, pero dentro de poco saldré del todo.
Tuyo,
Vincent
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Carta 3
2 de enero de 1889
Mi querido Theo:
"A fin de tranquilizarte completamente a mi respecto, te escribo estas breves frases en el gabinete del interno señor Rey, a quien ya conoces. Me quedaré todavía algunos días aquí, en el hospital; después, espero volver muy tranquilamente a mi casa.
Ahora te ruego una sola cosa, que no te inquietes; porque entonces me provocarías una inquietud más.
Hablemos ahora de nuestro amigo Gauguin: ¿lo he asustado? En fin, ¿por qué no da señales de vida? Debe haberse ido contigo. Él tenía por otra parte necesidad de volver a ver París y en París se sentiría más a gusto que aquí. Dile a Gauguin que me escriba y que pienso siempre en él.
Un buen apretón de manos; he releído tu carta, en lo concerniente a tu encuentro con los Bonger. Está bien.
En cuanto a mí, estoy contento de seguir tal como soy.
Todavía una vez más, un buen apretón de manos para ti
y Gauguin.
Todo tuyo,
Vincent
La salud mental de van Gogh fue empeorando con el tiempo, más perturbaciones seguirían a lo ocurrido aquella noche de víspera de navidad, pero eso, ya será materia de otro post.
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