La siniestra noche en que se quemaron 25 000 volúmenes de libros en Alemania

¡Hola, lector! Como sabes estoy avanzando el libro de Irene Vallejo "El infinito en un Junco", entonces encontré un apartado sobre cómo la quema de libros representaba un atentado contra la propia cultura, por quienes querían  borrar las ideas escritas y perpetrar otras nuevas. Así que pensé hacer este post sobre uno de los hechos más lamentables que vivió la humanidad durante la época Nazi, cuando las huestes del partido arrasaron la tarde del 10 de mayo de 1933 con más de 25 000 volúmenes de libros ¡Esta es la historia! 

La noche que se quemaron 28 000 volúmenes de libros en Alemania
Imagen tomada de Pinterest. 

LA QUEMA DE LIBROS EN ALEMANIA

Viajamos hasta los años 30 en Europa, con la ebullición de las ideas que darían base al régimen nazi y una persecución acérrima contra los detractores. En ese contexto la quema de libros fue la destrucción de libros u otros materiales escritos a modo de censura por una oposición cultural, religiosa y sobre todo política. 

Como dije al inicio, la siniestra quema de libros se dio el 10 de mayo de 1933 (ya existía un precedente en Alemania en 1817, cuando asociaciones de estudiantes alemanes manifestándose a favor de un país unificado quemaron textos y literatura anti-nacional y reaccionaria que veían como “no alemana). Pero ya en el siglo XX, las autoridades alemanas nazis hicieron todo un trabajo de sincronización para que organizaciones profesionales y culturales que compartían su ideología respaldaran las decisiones que apuntaban a una nueva cultura alemana. 

Uno de sus primeros pasos fue purgar las organizaciones culturales de judíos y de otros oficiales políticamente involucrados, que para los nazis cultivaban ideas "degeneradas" y muchas de ellas se encontraban en los libros. 

LA MANO DE JOSEPH GOEBBELS


El principal jefe de propaganda Goebbels trato de sincronizar a la comunidad literaria gracias a la Asociación de Estudiantes Alemanes Nacionalsocialistas. Estos universitarios alemanas se consideraban la vanguardia del temprano movimiento nazi, que era la continuación de un cúmulo de pensamientos ultranacionalistas y antisemitas desde la Primera Guerra Mundial. 

Entonces, era evidente que había que borrar todo tipo de pensamiento contrario al nuevo régimen. Por eso el 6 de abril de 1933, la Oficina la Oficina Principal de Prensa y Propaganda de la Asociación de Estudiantes Alemanes Nazis anunció públicamente una “acción contra el espíritu no alemán” en todo el país, que tendría como punto culminante una purga o “limpieza” literaria con fuego.

De pronto se comenzaron a publicar listas negras con los nombre de autores “no alemanes”, así el 8 de abril, la asociación de estudiantes redactó sus doce "tesis", que se trató de una evocación deliberada de las 95 tesis de Martín Lutero con declaraciones que describían los fundamentos de un idioma y una cultura nacional "puros". 

Como era de suponerse las tesis iban en contra del "itelectualismo judío", y reafirmaban la necesidad de "purificar" el idioma y la literatura alemana a través de las universidades como centros de nacionalismo. 

EL DÍA SINIESTRO


El 10 de mayo de 1933 se quemaron miles de volúmenes de libros. Los estudiantes universitarios quemaron aquellos que consideraban "no alemanes", lo que se convirtió en uno de los gestos más lamentables de la historia moderna, pues presagiaban un periodo de censura estatal y control de la cultura. Aquella tarde, ardieron los libros en la mayoría de las ciudades universitarias y los jóvenes marchaban "en contra del espíritu no alemán". 

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Era una siniestra fiesta de llamas, y por allí desfilaban los altos funcionarios nazis, entre ellos profesores, rectores y dirigentes estudiantiles universitarios para elucubrar discursos a la concurrencia. Mientras tanto, los libros ardían y los estudiantes arrojaban con una sonrisa en el rostro los textos "no deseados" y saqueados, todo al son de bandas musicales. 

Mientras tanto, en la ciudad de Berlín 40.000 personas se juntar en el Ppernplatz para oír a Goebbels decir sus famosas palabras “¡No a la decadencia y corrupción moral! ¡Sí a la decencia y la moralidad en la familia y el estado!". En ese momento ardían las obras de Heinrich Mann, Ernst Gläser, Erich Kästner.”


¿QUÉ AUTORES ARDIERON DURANTE LA QUEMA?


Entre los libros más despreciados por los líderes estudiantiles se contaban los de socialistas famosos como Bertolt Brecht y August Bebel; el fundador del concepto de comunismo, Karl Marx; escritores críticos "burgueses" como Arthur Schnitzler, famoso dramaturgo austriaco; así como las "influencias extranjeras corruptoras", de Ernest Hemingway. 

En el centro de la hoguera ardían los tomos del escritor alemán odiado por los nazis, Tomas Mann, quien  en 1929 había ganado el Nobel y que tuvo un radical cambio que lo llevó a apoyar la República de Weimar y criticar al fascismo. Esto desató la ira de los nazis. 

También se quemaron las obras de Erich María Remarque, quien en "Sin novedad en el frente", hace una descripción impávida de la guerra, pero que se ganó el rótulo de "una traición impávida de la guerra" por parte de los nazis.  Erich Kästner, Heinrich Mann y Ernst Gläser, fueron denigrados por Goebbels, por ser los primeros críticos literarios alemanes del régimen nazi, aunque Heinrich Mann había ganado fama como el autor de Professor Unrat, que apareció en los cines alemanes en 1930 como “El Ángel Azul”; y Kästner se dio a conocer por su literatura para niños y jóvenes. Otros escritores que no se salvaron del repudio nazi fueron los americanos Jack London, Theodore Dreiser y Helen Keller, cuya creencia en la justicia social la animó a abogar por los discapacitados, el pacifismo y el derecho al voto de las mujeres.

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Algunos autores judíos que se encontraban en la lista negra fueron Franz Werfel, Max Brod y Stefan Zweig. Y la obra del gran poeta judío-alemán del siglo XIX, Heinrich Heine, que escribió en Almansor, su obra de teatro de 1820-1821, la frase famosa, “Dort, wo man Bücher verbrennt, verbrennt man am Ende auch Menschen": “Ahí donde se queman libros se acaban quemando también seres humanos”.

LOS NAZIS SIGUIERON QUEMANDO LIBROS

Si bien se recuerda el 10 de mayo como una fecha nefasta para las letras, los nazis non quemaron libros solamente ese día, pues debido a la lluvia tuvieron que posponer y programar otras "ceremonias" de este tipo. Algunas se dieron el 21 de junio, con las tradicionales fogatas alemanas de solsticio de verano. Sin embargo destaca la fecha principal por la cobertura que tuvo a nivel nacional. Por ejemplo, en algunas ciudades, especialmente en Berlín, hubo transmisiones de radio que llevaron los discursos, las canciones y las consignas ceremoniales “en vivo” a innumerables oyentes alemanes.

No cabe duda, querido lector, que el odio y la intolerancia puede acabar con la vida e incluso la inmortalidad de los autores si consideramos que un hombre vive a través de sus ideas y que los libros nacieron para no dejarlas ir. 

¿Y a ti qué te parecieron las acciones adoptadas por el régimen nazi? 

Fuente: encyclopedia.ushmm

Mar de fondo

𝑆𝑜𝑦 𝐵𝑟𝑦𝑎𝑛 𝑉𝑖𝑙𝑙𝑎𝑐𝑟𝑒𝑧 (Lima, 1990) creador del Blog de Mar de fondo. Estudié Comunicaciones, Sociología y estoy escribiendo un libro. Soy un amante de los cuentos, cartas, diarios y novelas. Convencido de que "𝑈𝑛 𝑑𝑖́𝑎 𝑙𝑒𝑖́𝑑𝑜 𝑛𝑜 𝑒𝑠 𝑢𝑛 𝑑𝑖́𝑎 𝑝𝑒𝑟𝑑𝑖𝑑𝑜"

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