¡Hola, lectores! A veces nos preguntamos qué hay detrás de tanta genialidad y cuál fue la historia de vida de nuestros escritores preferidos. Si bien es cierto muchos acariciaron el éxito, lo es también que padecieron serios trastornos mentales como estrés o ansiedad. Hoy revisamos la vida de genios como Poe, Kafka y Hemingway...
Los traumas en los escritores exitosos
Muchos de los más laureados escritores de la historia han padecido en algún momento de su vida trastornos en el estado de ánimo o también sufrido estos episodios durante toda la vida. De hecho, en la última transmisión en vivo de La lectura del día en Mar de fondo, leímos la penosa carta de Virginia Woolf a su esposo antes de ahogarse.
Entonces, visto de este modo, no sorprende que el debate acerca de si la creatividad o la genialidad está asociada con la inestabilidad mental, siga más vigente que nunca.
Lo cierto es que nada que conlleve a la infelicidad puede sostenerse en el tiempo, dado que también escribir es una pasión que relaja y se convierte en alivio para el espíritu. Todo dependerá de la ayuda que se reciba.
Pero veamos estos casos
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León Tolstoi
El famoso escritor ruso, autor de libros como "Guerra y paz" o "Ana Karenina", colocó estas obras en la cúspide de la literatura universal. Ambos ejemplares son pruebas irrefutables del perfeccionismo y meticulosidad con las que León Tolstói emprendía sus creaciones.
Sin embargo, menos conocido es su ensayo "Mi confesión", en donde se refiere a su crisis depresiva y cómo ésta iba mermando su vida.
Tal parece que, con el tiempo, su depresión empeoró. Se comenzó a preocupar demasiado por su éxito y empezó a donar sus posesiones. Más tarde fue crítico de sí mismo recriminándose no haber tenido el valor de quitarse la vida.
Ernest Hemingway
El caso de Hemingway es sumamente complejo. De hecho, aquí en Mar de fondo publiqué este artículo que habla de sus traumas de infancia, donde se dice que su madre lo vestía como niña.
Si hablamos de este gran escritor estadounidense, nos referimos sin duda a su Premio Nobel obtenido en 1954 por el libro El Viejo y el Mar. Pero si miramos al ser humano, tenemos a un Hemingway que había confesado sufrir trastorno bipolar y tenía rasgos de la personalidad límites y narcisistas; más tarde sufriría de psicosis.
El problema de Ernest fue que en vez de buscar ayuda profesional para su crisis y problemas de pasado, él ahogada las penas en alcohol. Si revisamos la visa del escritor encontramos que tuvo varias actividades de alto riesgo, como la pesca de altura o esquivando balas como corresponsal del guerra. En este artículo sobre las secuelas de la guerra en Hemingway hablo más sobre el tema.
Pero el escritor estadounidense tenía antecedentes genéticos para la depresión. Su árbol genealógico estaba lleno de familiares con este mal y muchos habían optado por el suicidio. Como si se tratase de una predicción, Ernest se quitó la vida con su escopeta en 1961.
Virginia Woolf
La flamante escritora de obras como "La señora Dalloway" y "Al faro", también tuvo un trágico final. Cuando apenas era joven y bordaba los veinte años, sufría de ataques nerviosos, lo que hoy se conoce como ataque de ansiedad. Al respecto, los biógrafos creen que la causa puede responder a un episodio de abuso sexual que sufrió en la infancia.
Al terminar su última novela titulada "Entre actos", la talentosa Woolf cayó gravemente en una depresión. La pérdida de su casa en Londres durante la Segunda Guerra Mundial, terminó por dar la estocada final y empeorar su salud mental. En 1941 se quitó la vida metiendo piedras en los bolsillos de su saco y ahogándose en un río cerca de su casa en Sussex, dejando esta carta para su esposo.
Franz Kafka
El escritor de "La metamorfosis" se ha convertido en uno de los autores más leídos del siglo XX en adelante, incluso se ha llegado a acuñar el término kafkiano.
Se sabe que Kakfa era un tipo solitario, un genio, que sufría de ansiedad social y depresión. Asimismo, tenía una relación tormentosa con los miembros de su hogar, en especial con su padre. Los estudiosos afirman que sentía unos celos insufribles hacia sus hermanos a quiénes les deseó la muerte.
Lamentablemente, como si correspondieran a sus deseos, dos de ellos murieron de forma natural años más tarde y el solitario Franz no pudo superar esa culpa.
Esto influyó sin duda en su obra y la escritura se convirtió para él en un obsesión, por el ejemplo el cuento "El Juicio" se terminó en apenas ocho horas.
En medio de este problema emocional, tuvo un amor no correspondido que agudizó todavía más su depresión. Permanecía todo el día en la habitación sin tener fuerzas para salir y es allí donde concibe al conocido personaje Gregorio Samsa. También es en ese estado que reflexiona acerca de la vida, como lo cuento en este artículo titulado "El escarabajo de Kafka" que nos habla sobre la resiliencia.
Hermann Hesse
Llegando al final de nuestra lista nos encontramos con Hermann Hesse. El creador de "El lobo estepario" o "Siddharta", vivió muchos conflictos en casa, lo que hizo de él una persona que continuamente cambiaba de instituciones.
Entre los años 1915 y 1919 entró en una etapa de depresión a raíz de la muerte de su padre, la enfermedad de su hijo y una crisis esquizofrénica en su esposa. Esto hizo que el escritor se replanteara el sentido de la vida, teniendo ideas suicidas.
Lo bueno es que llegó a recibir ayuda, pues acudió a terapia psicoanalista con J.B. Lang, el discípulo de Carl Gustav Jung, quién también llegó a ser su terapeuta.
Es en esta crisis que Hermann escribió el famoso libro "Demian". una obra que se centra en el desequilibro interior y la búsqueda de la sanación, la cual llegó a la vida de Hesse tras publicar esta novela aunque de forma temporal.
Edgar Allan Poe
Si hablamos de Poe, no podemos omitir su importante contribución a la literatura gótica, al mundo de terror en las letras. Sin embargo, se sabe que tenía una personalidad inestable y algo excéntrica, por lo que fue considerado un vicioso, degenerado o loco. Lo cierto es que padecía un gran desequilibrio mental.
En la actualidad, los estudiosos de su vida y obra, no logran ponerse de acuerdo. Algunos sospechan que podía sufrir trastorno bipolar o una epilepsia parcial compleja.
El problema con Poe es que buscó refugio en los excesos y adicciones, los que también alimentaban su obra. En 1849 lo encontraron en la calle vestido con ropa que no era suya y lo llevaron al hospital mental. A los pocos días murió de una "inflamación cerebral", un eufemismo que se usaba para referirse al consumo excesivo de alcohol y drogas.
Y así como estos escritores muchos más podrían nutrir la lista que he traído para ustedes, sin embargo lo dejaremos para una segunda parte.
Seguramente podremos darnos una vuelta por Francia para ver qué manías pescamos, como por ejemplo la crisis de Guy de Maupassant que cuento en este artículo.
No podemos asegurar al cien por ciento de que los problemas mentales influyeron en sus obras, pero si está claro que todas ellas tienen un registro y un componente valioso que nos hace admirarlas generación tras generación ¿Tú qué opinas? ¡Nos leemos en otro artículo!