¡Hola, lectores! La vida se compone de todo lo que nos rodea, y a lo largo de esta vamos cosechando amistades y cómo no, enemistades. Por eso, hoy quiero contarte la historia de dos gigantes de la filosofía y la literatura: Albert Camus y Jean Paul Sartre, tan queridos y famosos en su época como el más codiciado 'Rockstar'. Ambos supieron convivir juntos hasta que un día ese lazo de destruyó para siempre...¡Leamos!
La amistad entre Camus y Sartre
Los dos grandes filósofos franceses del siglo XX fueron muy buenos amigos en los años cincuenta. Ambos tenían una marcada tendencia de izquierda, pero no coincidían en muchas cosas; por ejemplo, Albert Camus era un provinciano que nació en Argelia cuando ésta todavía no se había independizado. La vida del escritor de "El mito de Sísifo" fue dura por ser carente de recursos, sin agua, sin luz eléctrica y por ende sin libros.
En cambio Sartre que nació en 1905 estudió en el colegio de prestigio École Normale Supérieure de París. Pero la vida los unió en plena guerra, cuando ya se conocían a través de sus obras. En ese instante congeniaron, pero Sartre no dejaba de mirar por encima del hombro a un escritor que le parecía divertido y buen novelista, pero bastante vulgar y amateur como filósofo.
Un concepto similar tenía otra figura de la época como Simone de Beauvoir, pues disfrutaba de la compañía de Camus, pero solía pensar que tenía "un punto maleante de Argel, un poco camorrero". Sin embargo, eso no impidió que la amistad se sostuviera en el tiempo y llegaran a aparecer juntos en algunos ocasiones.
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La Segunda Guerra Mundial
Cuando el terror se apoderó de Europa por el avance de los Nazis en aquellos años oscuros, Albert Camus luchó desde su trinchera contra los alemanes con su mejor arma: la escritura. Camus era parte de un periódico clandestino que llegó a imprimir doscientos cincuenta mil ejemplares. Del otro lado, Sartre, publicó uno que otro artículo en prensa dirigida por colaboracionistas; asimismo, no dudó en estrenar una pieza en territorio ocupado, en un teatro al que le fue cambiado el nombre de Sara Bernhardt (famosa actriz con orígenes judíos).
Comienzan las discrepancias
Seguimos hilvanando los pormenores de esta enemistad. Cuando la guerra terminó y llegó la liberación, Jean Paul Sartre exigió mano dura contra los colaboracionistas (con los que había publicado un artículo), como una especie de compensación ante su poco compromiso durante la guerra. Por su parte, Camus se opuso a la aplicación de la pena capital.
Hasta el momento este tipo de diferencias no implicaban una ruptura personal, pero todo cambió cuando Camus publicó El hombre rebelde. Un polémico ensayo que arremetía contra toda regla a la izquierda estalinista y que alteró a Sartre quien indignado no se dignó a responder por sí mismo; sino que encargó a Francis Jeanson, otro filósofo de la época, una durísima crítica que apareció en Les temps Modernes, revista que dirigía Sartre y concentraba la vida intelectual francesa.
Esto sorprendió a Camus, quien no esperaba un discurso de tal calibre. Entonces emprendió el contraataque y volvió a empuñar la pluma para defenderse. Su respuesta apareció también en Les Temps Modernes, junto a una réplica de Sartre y un artículo de Jeanson.
Una pelea oficial
Desde ese momento la controversia era oficial y conocida por toda sociedad francesa ya que escaló también fuera del círculo intelectual hasta llegar a la prensa sensacionalista. Samedi-Soir, un medio con mujeres atractivas en portada, informaría de que el divorcio entre Camus y Sartre se había consumado.
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La palabras se convirtieron en espadas dispuestas a despedazar al adversario. Sartre le dijo a Camus que nadie hasta ese momento se había atrevido a decirle una necesaria verdad, que era la siguiente: en el terreno filosófico era un total incompetente, que no razonaba con rigor y que se refugiaba en los planeamientos moralistas, lejos de la política real y que por ende defendía los valores de la burguesía y no los del socialismo. El propósito de Sartre fue dejar mal parado a Camus ante la clase obrera acusándolo de traidor.
Una amistad destruida
Pero ahí no terminó todo. Ambos ex amigos llevaron sus diferencias al terreno personal y comenzaron a reprocharse posturas y actitudes. Por ejemplo, Camus le increpó a Sartre que durante la guerra había estado muy lejos de ser un héroe por haber reaccionado con tibieza.
Por su parte, Sartre le achacaba a Camus su falta de autenticidad pues se preguntaba cómo se podía atrever a hablar sobre los desheredados cuando era un burgués. Según Sartre, Albert se comportaba como un traidor al criticar al partido comunista cuando este era el partido de los trabajadores.
Camus salió perdiendo
De todo este intercambio quien más salió afectado fue el autor de "La Peste". Al ser un escritor exitoso, muchos de sus enemigos disfrutaban del vapuleo que recibía frecuentemente y no desaprovechaban la oportunidad para hacerlo también. Simone de Beauvoir, esposa de Sartre, lo ridiculizó en su novela Los mandarines (1954) con el personaje de Henrri Perrin, mientras que para Sartre diseño a Robert Dubreuilh. Según Olivier Todd, biógrafo de Camus, Beauvoir hizo de Dubreuilh un sol y de Perron un pequeño planeta. No me sorprende.
Como ustedes saben, lectores, Camus partió muy pronto dejando un manuscrito inconcluso en un trágico accidente de carretera. La historia está publicada en Mar de fondo. Sin embargo, tuvieron que pasar décadas para que el clima intelectual virara de pensamiento y apoyara en conjunto a Camus, revalorizándolo por su lucidez frente a los peligros del totalitarismo venga de donde venga.
Asimismo, la guerra de Argelia (1954-1952) acrecentó todavía más la confortación entre estos dos genios de la literatura francesa.
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Para Sartre, los rebeldes del Frente de Liberación Nacional tenían derecho a tomar las armas contra la metrópoli en nombre del anticolonialismo. Pero, para Camus los métodos violentos estaban descartados, pues pensaba que los europeos y los norteafricanos debían disfrutar de los mismos derechos, pero no en una independencia que juzgaba prematura, por que el territorio era pobre y con presencia de ciertas corrientes islamistas que consideraba reaccionarias.
Y así concluye la historia de hoy, queridos lectores. No cabe duda que los egos también juegan un rol importante. Para Sartre su viejo amigo se había vuelto "completamente insoportable". No obstante siguió admirando su talento literario y cuando Camus murió a temprana edad, le dedicó un obituario un tanto exagerado para ser Sartre. Lo cierto es que cuando lo recordaba se refería a él como "su último mejor amigo".
¿Qué crees tú?
Interesante artículo, gracias.
ResponderEliminarGracias a ti :)
EliminarChoque de titanes de la literatura y del Pensamiento. Sí, con P mayúscula
ResponderEliminarBien dicho! Saludos.
EliminarAgradecemos lo publicado, nos da información importante.
ResponderEliminarGracias por leer mi contenido!
EliminarMe gusto siempre Camus , lo lei en plena rivalidad con Sartre , incluso tengo un librito en frances donde describe una noche magica en su tieerra ,slgo de noces ,no recuerdo
ResponderEliminarqué lujo de librito!
EliminarGracias por su articulo me llevo a mis diria 20 años ,enganchada con los escritores que surgian en la mitad del siglo XX en la tematica y y los cambios en la tematica y estilos luger
ResponderEliminarGracias por visitar. Es increíble como unas líneas nos transportan de inmediato. Saludos
EliminarMuchas gracias 👍
ResponderEliminarEs un placer :)
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